El chico era nuevo en el negocio de la construcción. O mejor era nuevo en todo, en la vida misma.
Era un inmigrante que acababan de contratar (contrato de palabra y pago en "cash")
Desde el mismo momento en que iniciamos labores en la mañana se gano la antipatía de todo el equipo. A la hora del almuerzo, 'El Gringo', que era el que manejaba el concreto, lo llamo maliciosamente " Turco". Y allí empezaron los intercambios de insultos y la consecuente escalada de pasar a los empujones y manotazos.
Todos íbamos por 'El Gringo', un hombretón de 1,95m. Había que poner en su sitio al Turco, y vaya que lo hizo bien. En el forcejeo y sin querer, el nuevo dio un mal paso y se cayo por el hueco que iba a ser el ascensor del edificio que estábamos construyendo.
40 Pisos para impactar el suelo, no sobrevivio. Juramos todos proteger a 'El Gringo', rellenamos como pudimos con arena, piedras y cemento parte del hueco, para dar cristiana sepultura a lo que quedo del recién aparecido.
Nunca nadie investigo, nadie pregunto nada. No tenia familia o amigos, ni siquiera documentos.
Desde ese día, hasta hoy, un cuarto de siglo ha transcurrido y los que allí estuvimos guardamos silencio de lo ocurrido. Se dice que el edificio esta embrujado, varios miembros del equipo han muerto en circunstancias horrendas e inexplicables durante este tiempo...
- Continuará -
(En todo edificio que se construye en mi ciudad se les dice a los nuevos, que un obrero se cayo por el hueco del ascensor, quizás sea cierto, es probable que esos accidentes pasen con relativa frecuencia. ) Leyendas Urbanas del Tintero de Oro