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Desde hace tiempo, la península arábiga se convirtió en un punto de innovación opulenta que funciona como una asombrosa vidriera de modernidad para el resto del planeta. Así, se compite por el rascacielos de mayor altura, se proyecta un inmueble «montaña rusa» con forma de “u” invertida y se diseña un edificio giratorio capaz de moverse por decisión de los huéspedes.
Los edificios futuristas forman parte del skyline de Dubai. En esta ciudad donde los acaudalados jeques descansan, se cautiva la atención general con la presentación de construcciones que rozan el límite con la realidad. Sin embargo, hasta ahora, nadie se había atrevido a construir sobre el cielo. Entre tanta propuesta ambiciosa, surgió una que acrecenta aún más las expectativas.
Analemma Tower, un proyecto diseñado por Clouds AO, se presenta como una torre que colgará de un asteroide que orbita el planeta. El equipo a cargo es el mismo que fue designado por la NASA para construir una casa en Marte y para el proceso de obra se prevé que de la gran roca cuelgue un cable fijado a la superficie terrestre.
Desafiando todos los métodos convencionales de la arquitectura, la edificación posará sobre el aire, por encima de todo lo que habita y ocurre en el ámbito terrenal, conectada y sostenida por un asteroide ubicado en el espacio. La aspiración es alcanzable según el grupo de arquitectos de Clouds AO, quienes planifican situar la torre a casi 51.000 kilómetros de la Tierra a través de un sistema USOS (Universal Orbital Support System), basado en los principios de un ascensor espacial convencional.
Junto con el proyecto, Clouds AO presentó un análisis de cómo ha ido variando la arquitectura del mundo desde las estructuras más conocidas hasta hoy. De allí se desprende un patrón claro: el entorno construido por el hombre fue ascendiendo hacia torres más altas y cristalinas a lo largo del tiempo.
Al trazar edificios en un gráfico que correlaciona el tiempo con la altura, puede verse una curva con un aumento exponencial en la segunda variable. Aplicando métodos de pronóstico de operaciones de mercado, el estudio sugiere que las estructuras humanas llegarán cada vez más alto y que estamos en proceso de desalojarnos de la superficie del planeta.
Analemma invierte el diagrama tradicional de construcción basada en una estructura de soporte. Al colocar un gran asteroide en órbita, se baja un cable de alta resistencia hacia la superficie de la Tierra desde el cual se puede suspender la edificación. Dado que esta nueva tipología de torre está suspendida en el aire puede construirse en cualquier parte del mundo y transportarse a su ubicación final.
Proyectos de este tipo dejan a la vista que la manipulación de asteroides ya no está relegada a la ciencia ficción. Analemma se puede colocar en una órbita geosincrónica excéntrica que le permite viajar entre los hemisferios norte y sur en un bucle diario. Es decir que la estructura no se encontraría anclada en un punto fijo, sino que viajaría a lo largo del mundo, pasando cada 24 horas por un mismo punto.
Esto es posible porque la órbita coincide con el período de rotación sideral de la Tierra de un día. La posición de la torre en el cielo traza un camino en forma de ocho, donde la construcción se mueve a su velocidad más lenta en la parte superior e inferior, lo que permite que los ocupantes de las torres interactúen con la superficie del planeta en estos puntos.
La órbita propuesta está calibrada para que la parte más lenta de la trayectoria ocurra sobre la ciudad de Nueva York. Teniendo en cuenta este trazo, el tamaño y la forma de las ventanas cambian con la altura para tener en cuenta los diferenciales de presión y temperatura. A su vez, la cantidad de luz diurna aumenta 40 minutos en la parte superior de la torre debido a la curvatura de la tierra.
La energía se obtiene de paneles solares basados en el espacio. Instalados por encima de la atmósfera densa y difusa, estos paneles tienen una exposición constante a la luz solar con una mayor eficiencia que las instalaciones fotovoltaicas convencionales. El agua se filtra y recicla en un sistema de circuito semicerrado, reabastecido con condensado capturado de las nubes y el agua de lluvia.
Por la altura en la que se enclava la torre, el vacío cercano y la temperatura de -40°C, se hace imposible que los huéspedes puedan salir a la calle sin un traje protector. Estos podrán arribar al edificio a través de «estaciones de transferencia», ubicadas en distintas partes del mundo. Los negocios se llevan a cabo en el extremo inferior, mientras que los dormitorios están aproximadamente a 2/3 de la altura y las actividades de esparcimiento se dispersan a lo largo de los tramos más altos.
Fuente: Clauds AO / Infobae
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