Revista Cultura y Ocio

Ráscame la espalda

Publicado el 24 octubre 2010 por Taguirre

Cuando era más pequeña, bastante mas de lo que soy, una de mis fuentes de ingresos para mis caprichitos (cromos de petar, canicas, chicles cheif, pica-pica...) era rascarle la espalda a mi padre. Recuerdo que me daba un duro o 25 pesetas y cuando ya estaba cansada y la mano estaba como muerta decía: "venga va la despedida" y yo seguía rascandole más fuerte un poco más. "La despedida", con los años también le costaría un dinero añadido a la couta fija. Treinta años despues sigo haciendolo aunque ahora ya no le cobro. A mi sabio padre basta con tocarle la espalda como muestra de afecto o compañerismo para que automáticamente diga: "rascame" y se de la media vuelta para que puedas cumplir tu cometido comodamente. Ahora, la verdad, lo hago rápido y supongo que él apenas disfruta. Pese a todo, sigue siendo uno de los rituales que de no darse, sin duda, echaría de menos.


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