Reconozco que lo he visto mil veces en la red.
Lo he visto, en la cocina, en el baño, o la habitación de los peques, sí es muy todoterreno.
Pero reconozco que le tenía cierta manía, en secreto.
Odio las modas, si algo le gusta a todo el mundo, yo tiendo a detestarlo, ya ves, voy de antisistema.
Pero hace unos días, caí, ¡y de que modo!
No pensaba pasar por la sección de cocinas, peeeero surgió algo y tuvimos que pasar.
Y ahí estaba él, quieto, mirándome fijamente, sin apenas pestañear.
Y de pronto, casi sin ser consciente de ello, mis pies empezaron a caminar en dirección al carrito, mi respiración se paró, miré al amore, y con ojos tiernos le dije “Lo quiero”.
A partir de ahí todo fue mucho más fácil, mi carrito azul de Ikea se ha adaptado al entorno perfectamente, ahora, mi duda es si comprar algunos ejemplares más de carrito de Ikea, para que le hagan compañía desde otros puntos de la casa, pero esto aún está por decidir, aún tengo que superar mi miedo de ir a favor de la corriente, porque ese color azul mint que antes odiaba, ahora lo amo.
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