Revista Talentos
¡Hola, qué tal el verano! ¿Cuántas veces os habéis quejado ya del calor que hace?. Yo aquí ando con mis Little, en plan reality... conviviendo 24h a pelo, sin campamentos ¡a la antigua usanza!.
Afortunadamente tenemos almas caritativas (amigos y familiares de los buenos) que nos invitan a la pisci, fiestas del pueblo y demás eventos refrescantes.
Pero en las horas centrales del día, en las que tampoco es lo suyo cocerte en la pisci cual garbanzo, tiramos de imaginación o, en este caso, de Pinterest para echar mano del cajón (los cajones) de manualidades y pasarlo pipa.
Hoy os traemos una manualidad que hice con LittleD una de estas tardes que Ana se escapa a casa de una amiga. La idea la sacamos de aquí y la hicimos a nuestro estilo:
Dani tiene dos años y medio así que saqué cartulina y unas ceras para que fuese dándoles su toque. Al cabo de un rato él consideró que la obra de arte estaba lista para el siguiente paso recorté dos cuatro formas: dos para la cabeza del pescado y otras dos para la cola.
Llegó la hora de la raspa, para ello utilizamos pajitas (cañitas, popotes... como lo llaméis vosotros, para más información os recomiendo este post de Remorada).
Después del control de calidad de LittleD a base de morderlas y aplastarlas cogí otras nuevas y me puse a recortarlas hasta conseguir darles forma de raspa.
Para separarlas unas de otras les cogimos prestadas a LittleA unas cuentas de collar que le daban un toque muy veraniego a la manualidad.
Para perforar las pajitas utilicé la aguja de un compás y con un cordel fui ensartando cuentas y pajitas alternas. Dani es muy pequeño para esto así que él me iba dando las cuentas y las pajitas por orden, tal como las había dejado yo dispuestas en la mesa.
Del proceso no hay fotos porque tenía la paranoia de que Dani se metiese en la boca alguna cuenta y no quería quitarle ojo de encima pero todo fue sobre ruedas.
Una vez lista la raspa ya solo quedaba dejar sobrante de cordel para pegar la cola y la cabeza.
Para los morritos del pez corté una especie de corazón de cartulina verde, al pegar el pico entre las dos piezas que hacen de cara quedaba al descubierto la boquita. Y por último, para el ojo, utilizamos un pompón blanco.
¡Y listo!, Dani flipó cuando comprendió que el rato que habíamos pasado entre papeles, bolitas y demás había dado como resultado un pez. ¡Nos quedó un móvil fardón y veraniego! ¿Qué os parece?
Espero que os haya gustado ¡os deseo felices vacaciones y que comáis mucho pescadito rico!
See you later alligator!