Revista Cultura y Ocio
La huella dactilar aparece nítida sobre el cristal. Los hilos grises que la hacen única, contrastan con el vino rojo del interior de la copa. El detective pasea su vista por el cuarto y se detiene en el cuerpo ensangrentado sobre la cama. Luego regresa a la copa y a la huella, complacido. Sabe que esa imagen es más valiosa que el Monet auténtico que cuelga de la pared.
© Sergio Cossa 2012
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