Revista Opinión

Rato, el buen ladrón del PP

Publicado el 24 agosto 2015 por Rgalmazan @RGAlmazan

El PP, ese partido donde nacen presuntos corruptos y ladrones, como níscalos en noviembre, también tiene su ladrón bueno, su San Dimas, sólo que se llama Rodrigo Rato y no es precisamente un santo.

Y sí, el símil puede ser acertado. El PP hoy es un partido crucificado con razón. Por los electores, por los medios de comunicación, por los otros partidos. Es un ejemplo de corrupción y mentiras. Un nido de presuntos pájaros de cuenta que da susto. Un nicho lleno de fango donde algunos de sus militantes se perfuman. Una casa de latrocinio. Y los hay buenos y malos.

Uno de los ladrones malos, de los chulos, de los macarras, de los más importantes se llama Bárcenas, y es un ser odiado en el mismo PP, al que no reconocen como uno de los suyos a pesar de haberles servido, muy bien, y en efectivo. Le llaman de todo, e insisten en que este tipo, que fue tesorero y gerente del PP, durante más de quince años, es un ser detestable, un delincuente que actuaba por su cuenta y le declaran culpable. Para él no existe la presunción de inocencia.

Otro que tal baila es Granados. Francisco Granados, uno de los múltiples amigos de la Espe, salpicado de corrupción. Ese pillo que engañó a medio PP de Madrid mientras enriquecía a la otra mitad y a sus amigos del alma, y hacía declaraciones contra los corruptos del PP, portando el estandarte de la honestidad. Una joya. Bueno, pues éste es otro ladrón malo, otro a los que denuestan, a los que no pueden ver. Está perdido para la causa, quizá tendría que haber extendido más su red.

Sin embargo, hay un buen ladrón, uno que quiere salvarse del infierno de la cárcel. Uno al que nadie del PP se atreve a criticar, al que ningún pepero insulta, al que reciben en sus despachos, al que atienden sin rechistar, ese es el buen ladrón, el que quieren que se salve y a buen seguro que se salvará.

Rodrigo Rato se_bebe_tu_sangre

Mientras Bárcenas se ha chupado casi dos años en la cárcel, sin haber sido juzgado, y Granados duerme en una celda, Rato, a pesar de estar imputado de graves delitos, ahí sigue, hablando con sus amigos ministros –ahora se ha sabido que también habló con Montoro para que le ayudase a acogerse a la amnistía fiscal—, él mismo dice que tiene conversaciones con sus excompañeros del PP.

Y la verdad es que aunque muchos no lleguemos a comprenderlo, nadie del PP ha criticado severamente a Rodrigo Rato, a pesar de las preferentes, a pesar de hundir Bankia, a pesar de engañar a los accionistas, a pesar de haber defraudado a Hacienda, a pesar de tener dinero sin cotizar fuera de España. Bueno pues a pesar de los pesares Rato es todavía el modelo que hizo resurgir España, el salvador, el autor del milagro español. Un milagro basado en liberar la ley de suelo y provocar la burbuja inmobiliaria y en vender los pocos bienes jugosos públicos que tenía el Estado.

Lo que está claro es que el PP siente una especie de síndrome Rato, por el cual, son capaces de perdonarle todas las fechorías que ha cometido, que no son pocas, y se han puesto como objetivo la salvación del buen ladrón. Están dispuestos a darlo todo, a saltarse los principios mínimos democráticos, a cualquier cosa con tal de salvar al salvador. Con tal de que no pise la cárcel. Y si hay que pisar rayas rojas, se pisan, y si hay que olvidarse de Montesquieu, olvidado queda. Y es que para ellos, Rodrigo Rato, es lo que Dimas fue para Cristo: El buen ladrón y hay que salvarle, como sea.

Salud y República


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