Hola chicas, buenos días.
Poco a poco mi hija mayor se acerca a la etapa de mudar los dientes de leche. Ella desde bien pequeñita tiene la rutina de lavarse los dientes perfectamente integrada en su día a día. Pero llevaba unos días con más pereza a la hora de hacerlo, necesitaba incentivarla y animarla. Así que pensé en adelantar algo que tenía pensado hacerle más adelante, cuando el momento de perder su primer diente llegase, porque el ratoncito Pérez solo quiere los dientes que están muy limpios y brillantes.
Tenemos un nuevo inquilino en casa. ¡En su dormitorio ha aparecido esta puerta mágica por donde sale el ratoncito Pérez cuando venga a recoger su diente y cambiárselo por una monedita!
La puerta está hecha con una bandeja de poliespán o porexpán, de éstas del super, donde viene la fruta o la carne. Recortamos la forma, con silicona caliente hice los remaches de la puerta, el pomo es un botón de perla, la placa con el nombre otro trocito de poliespán. Con una aguja gorda de coser lana hice los tableros y con un alfiler arañé para que imitase a la madera. Unas manitas de pintura y listo, con cinta de doble cara, la pegué a la pared.
Y no podía faltar el ratoncito Perez...
Con fieltro, un retalito de tela, unos botones, unos lazos, un trocito de cordón, ojos móviles y un trocito de cuerda desecha para los bigotes.
El Ratoncito Pérez es obra de un escritor, periodista y jesuita jerezano, Luis Coloma Roldán. Estudió Derecho en la Universidad de Sevilla y posteriormente marchó a Francia a realizar el noviciado en la Compañía de Jesús. Tras ser ordenado jesuita, volvió a España donde realizó tareas educativas en varios centros españoles. También se dedicó a la literatura. Su obra más conocida es "Pequeñeces", una obra que le dio mucha fama por el gran revuelo que causó. A finales del siglo XIX le pidieron que escribiese un cuento cuando Alfonso XIII, con 8 años, se le cayó su primer diente. A partir de ahí el Ratoncito Pérez se convirtió en un personaje muy popular entre los niños. Según la historia, el ratoncito pasa por las noches por las casas de los niños a los que se les ha caído un diente y lo recoge, a cambio, le deja una moneda.
Llegado el momento, Irene colocará su diente en el bolsillito de este Ratón Pérez para facilitarle la localización y el trabajo, porque el Ratoncito Pérez ya es un poco viejito.
Buen Miércoles.