Revista Opinión
Ulises. Dibujo del articulo mencionado. El periodista Raúl del Pozoescribía el viernes pasado un sorprendente artículo en el diario ‘El Mundo’ (“Bárcenas no quiere ser Torres, o sí”), en el que asegura que alguien, apodado como “el tercer hombre”,le enseñó el pasado miércoles unos folios con cantidades y nombres que, de salir a la luz, “harían estremecer al Gobierno y al aparato productivo”. Cuenta que los papeles que publicó ‘El País’ son ciertos y que fue el ex diputado del PP Jorge Trías-Sagnierquien se los entregó al periódico. Dice su informador que Bárcenas no quiere ser un traidor como Diego Torres, el ex socio de Urdangarin, aunque está “cabreadísimo” con el Gobierno porque no ha apartado de su caso a los fiscales y policías del Ejecutivo anterior. Raúl desvela la confesión que le hace ese misterioso personaje y adelanta un avance de lo que pasará en los próximos días, que promete dar mucho que hablar.
“Me informa el tercer hombre –escribe textualmente Raúl del Pozo– que Bárcenas no quiere ser el Torres del PP, un felón, un traidor, después de 30 años de lealtad al partido. Ha aguantado durante cuatro años una carga que no le corresponde. Sólo tiene un problema con la Hacienda Pública porque los que decidieron sobre donaciones y sobresueldos fueron los políticos; los gerentes cobraban los donativos con testigos. Por supuesto, Luis conserva algunos recibí muy significativos y no hay ninguno de Mariano Rajoy. Bárcenas cobraba más que todos porque cobraba todo en blanco. Espera que el juicio sea nulo, por vicios de procedimiento, quebrantamiento de formas, porque hay anomalías en el origen de las pruebas. No tiene ningún miedo. Lo más que hay es delito fiscal, entre 2002 y 2003, pero no cohecho porque no era senador en los años que se investigan. Ya soporta una medida sustitutiva de prisión: la bola y la cadena, el acoso de la calle. ¿Qué justificación tendrían para encerrarlo? Dice que los papeles originales estarían en poder de Álvaro Lapuerta, son ciertos y están escritos por Luis. Trías los pasó a El País. Que Rosalía, una mujer brava, suele decir: ‘No pongo la mano por mi marido, pongo la cabeza. Si le pasa algo, acabaré con quien tenga que acabar’. Que fue el matrimonio Bárcenas quien le dio a Mariano Rajoy la dirección del sastre. Que Luis está cabreadísimo porque el Gobierno no ha sido capaz de apartar del caso a las fiscales y policías del Gobierno anterior. Que lo han dejado colgao porque Ruz hace lo que le dice la Fiscalía, y, además, le ha tomado el pelo Jorge Fernández”.
El artículo de Raúl del Pozo ha generado una intensa polémica. La bomba del veterano periodista señala la existencia de presuntos sobresueldos en el PP, confirmados por una garganta profunda que le habría mostrado folios de la contabilidad de Luis Bárcenas. Según Del Pozo, los folios muestran nombres de “grandes empresarios de la distribución, del vino, de la construcción, estrellas de la radio o directivos de comunicación que han cambiado en estos años de compañía”, así como “el nombre del chófer de un presidente, el asesor aúlico de un presidente, nombres mayores y menores entre maletines y cheques”. E indica que los dirigentes populares continuaron cobrando sobresueldos una vez que llegaron al Gobierno, salvo José María Aznar.
El periodista fue entrevistado en “Al Rojo Vivo” de la Sexta, ratificándose en sus informaciones “veraces y de primerísima mano”. Del Pozo apunta varios mensajes que no dejan en mal lugar al extesorero y que incluyen alguna advertencia velada: “Bárcenas dice que no quiere ser un felón, ni un traidor. Que es un hombre de la derecha española con fidelidad al partido y no quiere quedar como un canalla. Pero, que le han dejado tirado. Está muy enfadado con las ‘fiscalas’ y con la Policíaque estima que es heredera del anterior gobierno”. Y que “los poderes fácticos, en esta caso la judicatura” pueden someterse a las órdenes del Gobierno. El extesorero estaría enfadado porque “no le han pagado” todavía el finiquito –su despido está en los tribunales– y “tiene las cuentas bloqueadas” por lo que el día de su aniversario de boda “no tenía para un ramo de flores”. Lo que no le impidió viajar al extranjero, como al Canadá para, presuntamente, a esquiar.