Revista Cine
Decía al comenzar esta trilogía (ver enlace), que no me había equivocado al seguir las recomendaciones que apuntaban positivamente hacia esta obra. Tras leer su segunda entrega, más seguro estoy del pleno acierto logrado.Dicen que las buenas historias se apoyan en sus grandes personajes, aquellos que van madurando y evolucionando con el tiempo, que se enfrentan a todos los desafíos e inconvenientes que sus desalmados autores van interponiéndoles en su camino, saliendo más o menos airosos y pagando un precio por ello. No se puede definir mejor a un gran personaje como es Galharrow, del que diré lo mínimo y necesario para no desvelar trama y lo suficiente para ensalzar sus cualidades: capaz de alcanzar la gloria tras el combate; hundirse en los infiernos a base de empaparse en alcohol; echar de menos lo perdido y poner límites al amor para no echar más de menos posibles nuevas pérdidas; pisar otra vez la Miseria sabiendo que nada bueno le espera salvo el sacrificio por los demás, prefiriendo muchas veces la mismísima muerte antes de sufrir las consecuencias del turismo en tierra tan extraña.Por todo esto y lo que le rodea, sigo fiel a esta trilogía y a su autor, del que espero, con ansia pero sin miedo a que me defraude, sus próximos trabajos.