Revista Arquitectura
Ravine House, literalmente lo podemos traducir como la casa del barranco. Esta vivienda está situada en un profundo barranco de Toronto, rodeada por ambos lados por un denso bosque.
El jardín interior se desarrolló con la idea de crear un lugar privado, como si de se tratase de un jardín secreto. Para conseguir esa privacidad se dispuso una valla que separase la entrada, jardín principal de la vivienda y el bosque, del jardín dedicado a la familia.
El barranco naturalizado contrasta fuertemente con la formalidad de la vivienda y la simetría del jardín. Este contraste se manifiesta con más fuerza cuando en el jardín se hace de noche.
Destaca de manera notable la plantación de tulipanes, casi el único guiño al color que se ha permitido el paisajista.
El resto de la vegetación se ha dispuesto de manera, que aunque crea un sentido formal de la estructura, se integra perfectamente con el bosque y la vivienda.
Fuente: Phillips Farevaag Smallenberg