Revista Cultura y Ocio
Ray Davies ha editado este viernes 29 de junio Our Country-Americana Act II, la segunda parte de Americana, su disco del año pasado. Se trata de un proyecto antiguo, que parece va cristalizando en dos discos a tener muy en cuenta, al que hay que añadir el libro. Aquel disco de 2017 era su visión de América y Estados Unidos en particular, que se nutría de sus experiencias en ese país, dándole ese carácter de country-rock que seguramente el maestro de Muswell Hill buscaba. Ahora una bandera británica se mete en la portada, quizás la visión desde su propia tierra es la que toma ahora protagonismo. Repite con los Jayhawks como banda de lujo que le acompaña, y vuelve a estar grabado en los míticos estudios Konk.
Desde aquellas primeras giras con The Kinks por EEUU, su posterior inclusión en la lista negra creada por American Musicians Union, los años de conciertos en estadios, y su establecimiento en New York y New Orleans, por un lado alegría y por otro sufrimiento. Pero claro, Ray en solitario no son los Kinks, y aquí, al igual que hizo en la primera parte, expande su gusto por los medios tiempos, el cabaret, el blues, y como no, el country-rock. Como compositor, sigue estando a un nivel superlativo, regalando joyas para quien quiera escucharlas y entenderlas.
Empieza el álbum con Our Country, que fue el primer tema que escuché, con ese inicio de piano bonito, hasta que entra su voz, en un tempo bastante calmado hasta que coge ritmo, pero los coros me parecen algo rimbombantes, con mucha presencia de teclados y aire melancólico. No es el comienzo soñado por mi, pero con The Invaders va al folk tradicional, y donde suelta un speech sobre su concepto de Americana, su llegada en los 60 con su banda, etc., Back in the day con un comienzo muy cincuentero, en onda doo wop, con un teclado acertado y la contraposición de la voz femenina, extraordinario tema. Oklahoma USA es la revisión del tema de The Kinks, de aquel Muswell Hillbillies de 1971, aquella era con piano, voz de Ray y acordeón, algo cruda y con producción normalita, la nueva versión tiene un ritmo más lánguido, es más en onda country-rock, son distintas pero complementarias. Y viene uno de los momentos que más me llaman la atención, Bringing up baby, una canción que es un medio tiempo muy de country campestre, pero que Ray canta como los ángeles, como solo él sabe hacer y por lo que siempre será distinguible, es un tema simpático y alegre, precioso. The Getaway empieza con otro recitado corto para que entre el pedal steel guitar y la guitarra acústica junto a la voz de Ray, canción que va de menos a más y es otra delicia compositiva, un medio tiempo brutal, uno de esos temas donde los Jayhawks se hacen notar. The Take es rockera, con un ritmo apabullante desde el inicio, quizás la canción más atrevida del álbum y la más diferente, con esa voz femenina que da variedad. We will get there es de tono más acústico, pieza algo anodina bajo mi punto de vista, aquí baja algo el disco ya que no termina de arrancar. The Real World me parece algo forzada, aunque el duelo de voces masculino-femenino vuelve a estar a buen nivel.
A street called hope vuelve a subir el nivel, es una suerte de swing bluesero que Ray interpreta de manera gloriosa, me parece una pieza en onda Django Reinhardt realmente fantástica con ese piano bestial. The empty room se inicia con una pequeña fanfarria de vientos, hasta la entrada de la voz de Mr. Davies, con una guitarra deliciosa (muy bluesera también por cierto) y despacha una canción portentosa de club nocturno a las 5 de la mañana cerrando. Calling home se inicia con otro speech breve hasta que entra la voz, onda acústica y country-rock y donde los coros vuelven a tener protagonismo. Louisiana sky, vocalmente es otra bendición, con paradas y vueltas a empezar, me parece un tema distinto y bonito. March of the Zombies es otro punto álgido del álbum, con vientos potentes al inicio y un rollo New Orleans de lo más acertado, arranques, paradas, una maravilla con ese aire de swing. The Big Weird sigue en onda muy swing, otra deliciosa pieza, que cambia al poco a una melodía sincopada realmente excitante donde la voz se torna en absoluta protagonista. Tony and Bob en su escaso minuto musica otro speech. The Big Guy me vuelve a elevar al cielo, maravilla de composición, con ese piano que está acompañando la voz de Ray de manera bestial, en un medio tiempo absolutamente precioso. Epilogue, como su nombre indica es el anuncio del final recitado. Y acaba el álbum con Muswell Kills, tema rockero el inicio con ese riff de guitarra, marchosa canción para acabar y donde se disfruta de una pieza bien rematada.
En definitiva Ray completa el proyecto musical entero de Americana, con una segunda parte de momentos excelentes, y que no tiene que envidiar al del año pasado. Dos partes que han de verse juntas como una sola, pienso.
Os dejo con el quinto corte, Bringing up baby.