Revista Mundo animal
Desgraciadamente, muchas veces no valoramos los perros autóctonos como buenos simplemente por ser autóctonos. Idealizamos a las razas extranjeras y desconocemos y obviamos las propias. Y es precisamente España uno de los países con más tradición cinófila. Se puede afirmar sin temor a equivocarse que las líneas de sangre de nuestros peros han contribuido a formar y enriquecer muchas razas extranjeras.
Por tanto es hora de ir analizando alguna de estas razas. Si Dios quiere, voy a intentar ir recogiendo poco a poco en este blog aquellas razas que conforman el patrimonio perruno español.
Comienzo con el ALANO ESPAÑOL, raza que me gusta y atrae especialmente.
ALANO ESPAÑOL
El alano español destaca en una primera observación que realicemos, por la potencia que inspira, la seguridad en sí mismo que posee y por ser un perro extraordinariamente equilibrado.
Es un perro de presa. No es un perro de pelea. Por perro de presa hay que entender un perro de agarre. Se ha utilizado y se utiliza hoy en día como perro de agarre de ganado bravo y semibravo en muchas dehesas españolas. Esta utilidad es necesaria bien para vacunar, examinar, marcar vacas....También se utiliza al alano en la caza mayor, para el agarre de las presas hasta que llega el cazador. Por último se utiliza también para la guarda, aunque en mucha menor medida, y es que no hay que olvidar que un buen perro guardián debe tener un puntito de inseguridad, aspecto del que carece nuestro alano. Antiguamente se utilizó como perro de carnicero (para anular mediante el agarre cualquier estampida de vacas en el matadero, con el consiguiente peligro para la población) e incluso como perro de guerra en la Conquista de América.
La mirada del Alano lo dice todo: seguridad, potencia, aplomo. Hay que tener en cuenta que es un perro de manada (se utilizan normalmente varios para que, mediante la suma de sus esfuerzos, consigan retener y tumbar a la presa). Esto significa que es un perro que conoce bien su situación en la manada por lo que no es pendenciero ni bravucón con otros perros. Además es un perro apegado a su amo. Con los extraños muestra cierto recelo al principio, sin adoptar ningún signo de amenaza, sólo de estudio, pero en cuanto ve que el extraño es bien recibido por su amo , él también lo acepta y respeta de buen grado.
También podemos hacer mención de la inteligencia del alano. Necesita pocas repeticiones para captar el mensaje. Es un perro fiel, inteligente, equilibrado, de utilidad, de trabajo, rústico, de vida en espacios amplios y sin necesidad de grandes raciones de comida...¿qué más se puede pedir?
Agradecimientos:A Francisco Rincón, criador de alanos (Criadero los Tercios www.alanos.net), por facilitarme material para la elaboración de este artículo y por revisarlo.