Uno de los problemas a los que nos enfrentamos los escritores primerizos es el darnos a conocer. Está claro que cualquiera que tenga renombre por salir en televisión o por cualquier motivo insustancial venderá libros a espuertas aunque el contenido sea un auténtico mojón -perdón por la palabra, quería decir mierda infumable-, sin embargo los que no tenemos la costumbre de aparecer en los medios, ni ser respaldado por la red de contactos de una editorial grande lo tenemos bastante complicado.
Por suerte ya hay personas que se salen de los canales de distribución convencionales y lee obras de personas que, como en mi caso, no son conocidas (todavía), aprovechándose de las facilidades de previsualización que ofrecen por ejemplo Amazon, la Casa del Libro o la mayoría de sitios en las que se venden libros en formato electrónico.
Y si no estás demasiado convencido te animo a que compres Relatos Monodosis (contra la pereza de leer) ya que conozco muy bien al autor.
Así que ahí van unas cuantas ideas para que también venzas la pereza de comprar Relatos Monodosis de Markos Arroyo.
- Es exclusivo, muy pocas personas lo tendrán.
- Si te das prisa en leer el libro serás el primero en leer algún relato. De hecho algunos no los he leído ni yo.
- Podrás fardar de conocer escritores que nadie conoce…de paso podrás decir lo que quieras sobre el autor, nadie podrá contradecirte. Yo te sugiero que digas que he descubierto unas cataratas fantásticas en África. O que le salvaste la vida en un tumulto en Katmandú, o de morir aplastado en las rebajas.
- El autor se compromete a invitarte a… eh más despacio que estoy tieso, como no me invites tú a mí…
- Si tienes un libro electrónico nadie sabrá que lo estás leyendo y conservarás tu anonimato. Cuando te pregunten siempre puedes decir que estás leyendo algo de Pérez-Reverte, pero disimula tu cara de alegría al leerme porque se podrían dar cuenta del engaño.
- Hay gente que ha ligado en la playa con mi libro. Al ver la portada alguna nórdica, buena samaritana, se ha acercado al lector para preguntarle si estaba enfermo.
- Se han dado casos de gente que al terminar de leer un libro de Markos Arroyo se ha lanzado a leer prospectos de medicamentos, las páginas amarillas e incluso el manual del aire acondicionado, devorados por el ansia de seguir leyendo.
- Los mejores críticos del panorama literario no tienen ni idea de quién es el autor por lo que todavía no le han podido insultar. Sé tú el primero.
Y por si fuera poco existe la posibilidad de que disfrutes leyendo, que sientas una pequeña parte de lo que yo he sentido al escribirlo. Prueba y me cuentas.
Relatos Monodosis de Markos Arroyo