Revista Diario

Razones para estar cansado.

Por Negrevernis
Hoy estoy cansada. O no, perdón. Hoy no respondo de mí ni de mis músculos, ni de mis parpadeos ni de la punta de mis dedos. Hoy aflojo y me dejo llevar por la pereza de un día agotador que ha vencido a mi agenda de cosas pendientes y cosas-que-haré-cuando-me-dejen-las-de-ahora. Hoy, esta noche, estos dedos no son míos y los pies se dejan llevar entre los calcetines, y la manta no queda doblada encima del sofá y la televisión habla sola sin interés, y el teléfono quedó silenciado y las tareas escondidas en la agenda virtual y la luz tenue encendida y la cena sin hacer para dejar paso sólo a un vaso de leche con galletas, que no es cena, pero como si lo fuera, porque las sartenes dejaron de tener interés y ni por un instante haré el esfuerzo de extender el mantel sin arrugas. 
Hoy, hasta mis alumnos de 2º dijeron profe, que hoy pareces cansada... Hoy me dejaré llevar por mi cama y sus dos mantas, que ya empiezo a tener frío en estas noches de otoño que engañan en la mañana, y permitiré a mi último libro ser leído antes de dormir...
Razones para estar cansado.
  Razones para estar cansado.

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