Lo primero es tener bien en claro qué tipo de marca queremos posicionar, por eso lo primordial es fundamentar a qué mercado nos queremos abocar.
La gran ventaja que tenemos en estos tiempos digitales es que con una inversión mínima ya podemos iniciar nuestro negocio. A diferencia de lo que ocurría hace algunas décadas, donde sólo se posicionaron aquellos con dinero para poner una tienda física, Internet y las redes sociales han abierto un abanico de posibilidades muy enriquecedor para todas aquellas personas que quieren gestionar su propia marca.
Con la marca elegida, y un riguroso estudio de mercado, ya podemos tener una idea de cómo y por dónde encarar el negocio. Fortalecer los errores que tienen otras marcas es una buena manera de empezar a posicionarnos en el sector.Poder poner en práctica las ideas que tenemos, lograrlas y comercializarlas es el sueño de muchos. Para ser exitosos, es imprescindible ser imaginativos, creativos y originales para satisfacer las necesidades de clientes cada vez más exigentes.Ante la crisis que atraviesan los trabajos tradicionales, cada vez más jóvenes buscan empleo a través de Internet. Seguramente, muchos tengan ideas innovadoras que pueden ayudarte en la concreción de tus objetivos.
Ejercicio D.A.F.O
Lo más difícil no es llegar, sino mantenerse. Por eso, una vez que ya estamos gestionando nuestra marca y llegan los primeros resultados, es fundamental hacer un análisis de la situación para saber qué aspectos del negocio van bien encaminados, dónde se puede mejorar y en qué estamos fallando. Este análisis de situación se denomina D.A.F.O. (Debilidades Amenazas Fortalezas Oportunidades).
Este diagnóstico está basado en características internas(debilidades y fortalezas) y características externas(amenazas y oportunidades) de la marca.Las fortalezas y debilidades de una marca son, por ejemplo, aquellos productos más o menos vendidos, elementos, particularidades que le dan al negocio un salto de calidad, o que se asemejan mucho a los productos de una competencia. Estos datos deben actualizarse constantemente.
En estos tiempos, la solidez también puede estar en el uso activo de las redes sociales o, caso contrario, no tener Instagram o Facebook para promocionar lo que se vende es una debilidad muy grande.
Las características externas de una marca implican un análisis tanto de la competencia como de terrenos en los que podemos adentrarnos y que pueden hacer crecer a la marca.
El caso de la competencia, amenazas, implica estar al tanto de aquellos negocios similares al nuestro. Ver qué venden, sus precios, en qué se asemejan y en qué se diferencian a nosotros. Por otro lado, las oportunidades son características que nuestra marca no tiene, que por ejemplo pueden ser productos o promociones o la apertura de una red social, y que podemos incluir para mejorar nuestra gestión.
Contratar un asesor o Coach para realizar el diagnóstico D.A.F.O. es una muy buena opción para obtener un análisis lo más objetivo posible para tomar conciencia de dónde y cómo está parada nuestra marca.