Revista Economía

Razones para NO tener nuestro oro en casa

Publicado el 16 enero 2013 por Lingoro

Razones para NO tener nuestro oro en casa

La desconfianza en todo y el desconocimiento nos llevan a cometer muchos errores del tipo: “más seguro que en mi casa en ninguna parte”, o “prefiero tener mi oro debajo del colchón que en una caja de seguridad”……..son posiciones comprensibles pero nada acertadas a la hora de invertir en oro físico y le explicamos porque:

  • Si usted es la única persona que sabe dónde está su oro oculto en caso de accidente o de fallecimiento, su familia no lo heredará, por desconocimiento. Más bien será un plomero, jardinero o albañil dentro de 20 o 50 años el que encuentre el tesoro, como sucedió en la casa de Alexandre Bonnet, en la campiña francesa.
  • Si alguien que no sea usted sabe que tiene oro en su casa, incluso una persona de confianza, corre el riesgo a la larga que cualquier malintencionado intente robar su oro o envíe a otros a robárselo. Este tipo de cosas suceden a diario, y no solo en las películas de acción que vemos en el cine o en la tv, aunque pensemos que a nosotros nunca nos pasará…….hasta que pasa. Y por desgracia aseguramos poco o nada el oro escondido en casa.

Estos inconvenientes se los evitaría si contratara los servicios de empresas dedicadas al oro de inversión y que ofrecen el almacenamiento en cajas de seguridad, ya que en caso de accidente o fallecimiento, suelen tener los datos (cedidos por el propio cliente) de un familiar o abogado a quienes  contactar.  De esta manera su oro estará en un lugar seguro y no quedará en el olvido.

  • Las reservas de riqueza son inmóviles, mientras que la moneda circula.  En efecto, debemos distinguir entre la reserva de valor (el oro) y el valor (las divisas); la reserva de valor por tanto debe estar en un lugar lo suficientemente seguro pero que a la vez le permita transformar rápidamente y al mejor precio esta reserva en moneda utilizable a diario.  No es necesario tener el oro en su bolsillo, ya que no podrá hacer gran cosa con él, no va a poder pagar nada directamente, tendrá que tener euros, dolares, etc  El modo de conservación del oro a elegir es aquel que le permita transformar lo más rápido posible su oro (reserva de valor) en dinero (valor), tal como el que ofrece LINGORO.com en España.
  • EL MOMENTO MÁS IMPORTANTE  EN LA VIDA DE UNA MONEDA O DE UN LINGOTE ES EL MOMENTO DE LA REVENTA. ENTRE MÁS RÁPIDO VENDA, CON EL INTERMEDIARIO ADECUADO, MEJOR SERA EL PRECIO. Si tiene sus monedas en casa, deberá cargar con ellas hasta la tienda de compra-venta (que le ofrecerá un precio siempre a la baja, ya que prácticamente las compran a precio del oro que contienen, por no hablar de las irregularidades observadas en estos negocios),  y  si están en su banco, deberá  desplazarse  hasta el (recordemos que los bancos cierran por la tarde y fines de semana en España), y que además, los bancos no compran oro, incluido aquel que le habían vendido a sus propios clientes. Por tanto deberá encontrar  un comprador y llegar donde esté. Cuanta más prisa tenga por vender su oro  y hacer negocio, se expone a venderlo más barato de lo previsto, incluso a ser estafado porque no encontrar el buen intermediario.
  • En una venta con acuerdo recíproco, con un individuo frente a frente o bien un profesional es frecuentemente difícil imponer su precio. Generalmente es el comprador quien fija las reglas del juego porque se encuentra en posición ventajosa, ya que usted necesita el dinero y él es quien lo tiene. Una reducción del 10 % es clásica sobre la venta de oro físico cuando no es vendido en buenas condiciones.  Por el tiempo, el precio de reventa y el buen término de la transacción, lo mejor es pasar por un organismo intermediario que será a la vez garante de la calidad del producto del vendedor y de la solvencia del comprador.  Solo una plataforma de intermediación con guarda del oro permite tal garantía: seguridad, trazabilidad y control.
  • Durante la confiscación del oro de los americanos por Roosevelt, los que pudieron vender su oro a un precio superior de los $35/onza fueron aquellos que tenían el oro en bancos suizos, llamaban a su banquero para vender su oro, o comprar cuando fuera necesario.
  • Durante la Segunda Guerra mundial, paso algo parecido con los franceses, aquellos que tenían su oro en Suiza podían mediante una simple llamada autorizar a su banquero para vender su oro y de esta forma recuperar rápidamente su liquidez (ya que estaba prohibido en Francia tener más de 6 gramos de oro por persona, de no cumplir esta ley se arriesgaban a ir a prisión o a los campos de concentración).

La clave está en la información, y en encontrar un intermediario serio y fiable que nos brinde garantías en todo momento.  El mundo evoluciona para bien y para mal, y debemos protegernos de lo malo y evolucionar con lo bueno.

Para más información: WWW.LINGORO.COM


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