Cuando los políticos o los periodistas quieren desacreditar a un personaje sacan sus frases de contexto, como la de la españolización de niños catalanes de la que habló el ministro José Ignacio Wert, y mantienen la falsedad hasta convertirla en verdad.
Recordaba Juan José Toharia, director del instituto de investigación sociológica Metroscopia en El Pais, diario que explota precisamente la falsedad sobre Wert, la anécdota del arzobispo anglicano de Canterbury al que, al llegar a Nueva York, un periodista le preguntó qué opinaba de que hubiera tantas prostitutas en Manhattan.
El religioso contesto “¿Hay muchas prostitutas en Manhattan?”.
Grandes titulares del periódico: “Primera pregunta del Arzobispo de Canterbury al llegar a NY: ¿Hay muchas prostitutas en Manhattan?"
Toharia hace paralelismo entre las prostitutas del arzobispo y la españolización de niños catalanes de la que habló Wert.
El ministro contestaba a una diputada catalana que lo acusaba de querer españolizar a los niños catalanes al anunciar la homologación parcial de los libros de Historia de España.
Wert explicó que para él españolizar significaba que se sintieran tan orgullosos de ser españoles como catalanes.
Sir John Elliot, respetado historiador e hispanista británico, acaba de decir en una entrevista que “Me chocó que el otro día, en una universidad catalana, un joven, que estudiaba Historia, creyera que la Guerra Civil era una guerra de España contra Cataluña (…) Están aprendiendo una historia falsa”.
La última y muy reciente investigación de Metroscopia indica que el 72 por ciento de la ciudadanía catalana está de acuerdo con que en sus colegios se enseñe a ser tanto catalanes como españoles.
De ellos, el 69 por ciento son votantes de CiU, el 79 del PSC, y el 97 del PP.
Parece que Wert tiene razón, y por eso es el pimpampum de los radicalismos, incluso de los timoratos de su propio partido.
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SALAS