Revista Política

Ready player one (2018)

Publicado el 30 marzo 2018 por José Alfonso Pérez Martínez

Ready player one (2018)
Esta película, nuevo trabajo del legendario director Steven Spielberg, es un gran homenaje a la cultura pop. En un futuro algo deprimente el protagonista, Wade Watts (interpretado por el joven actor Tye Sheridan), compite por un increíble premio contra miles de otros jugadores en un mundo de realidad virtual llamado Oasis, creado por un genio, ya fallecido, llamado James Halliday (interpretado por Mark Rylance). En Oasis hay muchos entornos diferentes y puedes competir en muchos juegos diferentes, puedes generar tu propio avatar, y usar vehiculos y armas de lo más variado. Los vehículos, avatares y juegos están basados en la cultura pop dominante en las décadas en que James Halliday, el creador, se crió. El vehículo de Watts, por ejemplo, es el Delorean que conducía Marty McFly en las películas de Regreso el Futuro. También podemos ver el Batmovil de la serie de los años 60 de Batman, la mítica consola de Atari, un juego que transcurre en el hotel de El resplandor (la película de Kubrick), o una discoteca donde el protagonista y su amada (Samantha Cook/Artemis, interpretada por Olivia Cooke) bailan al ritmo de la música de Fiebre del sábado noche... Entre tantos homenajes a la cultura pop o "baja" hay algún guiño a la alta cultura: el avatar de Watts, por ejemplo, se llama Parzival (Perceval, en castellano), como el caballero protagonista de El cuento del grial de Chrétien de Troyes. Al fin y al cabo, la cultura pop, sus películas y videojuegos, en lo básico, en sus temas, no es sino una continuación de la alta cultura, sus héroes se guían por lo mismo que se guiaron los héroes de las sagas e historias de la alta cultura tradicional: el honor, el compañerismo, la defensa del oprimido, el amor, la búsqueda de la justificación de la propia vida. La película de Spielberg, adaptación de una novela de Ernest Cline, recupera todos estos temas y uno más: recordarnos la importancia de no olvidarnos del mundo real, animándonos a levantar la vista de las pantallitas de vez en cuando. Tiene un gran ritmo, tiene buenos mensajes, es una buena película.


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