Ready player one, Ernest Cline

READY PLAYER ONE, ERNEST CLINE | 2011 | CIENCIA FICCIÓN | EDICIONES B | 464 PÁGS.
Estamos en el año 2044 y, como el resto de la humanidad, Wade Watts prefiere mil veces el videojuego de OASIS al cada vez más sombrío mundo real. Se asegura que esconde las diabólicas piezas de un rompecabezas cuya resolución conduce a una fortuna incalculable. Las claves del enigma están basadas en la cultura de finales del siglo XX y, durante años, millones de humanos han intentado dar con ellas, sin éxito. De repente, Wade logra resolver el primer rompecabezas del premio, y, a partir de ese momento, debe competir contra miles de jugadores para conseguir el trofeo. La única forma de sobrevivir es ganar; pero para hacerlo tendrá que abandonar su existencia virtual y enfrentarse a la vida y al amor en el mundo real, del que siempre ha intentado escapar.Tenía este libro desde junio pero no fue hasta agosto cuando pude leerlo y ay, qué buena decisión. La primera vez que lo vi sentí un flechazo pero como soy tonta no me enteré de que iba porque no encontraba la sinopsis. Así que cuando llegué a casa busqué en goodread y me informé un poco. Por supuesto que ganó puntos al instante. ¿Un homenaje a los ochenta tanto de series, libros, películas como de videojuegos? ¿Con tan buena crítica? ¿Dónde había que firmar? Total, que me lo llevé en una visita del FNAC.
Para quien no lo sepa me fascina esta época así que os podéis imaginar las ganas con la que empecé la lectura. Para empezar nos encontramos con una especie de introducción cuya voz es la de Wade. En ella nos mete en situación: Estamos en el año 2044 y la humanidad prefiere vivir en un juego de realidad virtual antes que la vida propia porque allí sólo les espera pobreza, hambre, guerras... Ese juego se llama OASIS y su creador, Holliday, es un auténtico fanático de los ochenta. Un día, cuando fallece, manda un comunicado a todos sus jugadores: Ha escondido un huevo de pascua. Tres llaves, para ser concretos, y quién los encuentre tendrá un trofeo increíble.
Por supuesto Wade en esa introducción nos cuenta que la gente se volvió como loca pero que tras cinco años nadie había encontrado nada. Hasta que un día, por casualidad, él encuentra la llave de cobre. Y ese día su mundo se puso patas arriba.
No os voy a contar más, de hecho os he hecho una breve introducción de la sinopsis, pero creo que os he dado lo suficiente para saber si os apetece leerlo o no. Para mí la trama fue genial, tenía todo lo que pedía el libro y no hay que olvidar que es ciencia ficción y que Wade es un friki. Esto lo comento porque tengo un amigo al que le decepcionó que un chico de unos 17-18 años pudiese tener tanto conocimiento. Por tanto no perdáis de vista el género al que estamos, cómo se describe al persona y la situación en la que vive.
Por supuesto que Wade es el protagonista y es super fácil empatizar con él, pero aparecerán otros personajes que enriquecerán mucho la obra y que serán fundamentales. Es la primera vez que nadie me parece que sobra o que está muy forzado. De hecho, mis favoritos son el creador Holliday que es el eterno presente pero que podemos ir conociendo a lo largo de la obra, Hache, el mejor amigo de Wade y Ogden, mejor amigo de Holliday y cofundador de OASIS.
La pluma de Ernest me ha gustado mucho. Una lectura que aparentemente puede ser complicada de leer debido a todos los términos que utiliza, desconocido para muchos, y a todos los videojuegos, series y pelis a los que hace referencia, acaba resultando sencilla y ligera. Ernest es muy práctico, va a lo que va y no añade florituras. Sí que hay mucha documentación sobre la época pero añade notas de página para que el lector no se pierda. Para mí ha sido muy fácil de leer, muy atractiva y adictiva. No quería parar de leer.
En resumen: Me ha fascinado. Me ha encantado el universo que ha conseguido crear y me muero por ver su película (Sí, habrá película pero leeros el libro antes, niños) y de pillar Armada. Espero que os haya contagiado lo mucho que me ha gustado este libro, ha pasado a ser de mis favoritos <3
Nivel 2
 La realidad no me entusiasma, pero sigue siendo el único lugar donde se come decentemente.