OBRAS
REAL CLUB NÁUTICO DE SAN SEBASTIÁN · 14/10/2014
La ampliación del Real Club Naútico de San Sebastián (1928-1929), obra de los arquitectos José Manuel Aizpúrua Azqueta (1902-1936) y Joaquín Labayen Toledo (1900-1996), constituye una de las óperas prima de la arquitectura moderna en España (URRUTIA, 1997, 340). La nueva edificación se apoya en parte sobre los muros del antiguo Club Náutico —realmente un acuario que superaba en un metro el nivel del paseo de La Concha y sobre el cual se instalaban unos toldos durante la época estival. Este edificio preexiste no daba respuesta a los nuevos requerimientos de la institución, puesto que era necesario acoger a los miembros de la familia real y a deportistas nacionales y extranjeros, ya que el Club solía organizar regatas internacionales. Es por ello que en 1928 el presidente del RCN realizó un encargo directo a los arquitectos para las labores de ampliación y reforma que duraron 9 meses y supusieron un coste de 200.000 pesetas. El edificio fue inaugurado un 15 de agosto de 1929.
Aizpúrua y Labayen eran representantes de la sección norte del grupo GATEPAC (Grupo de Arquitectos y Técnicos Españoles para el Progreso de la Arquitectura Contemporánea), fundado en 1930 a partir del intercambio de opiniones entre arquitectos de toda España durante una exposición de pintura y arquitectura contemporánea en el Ateneo Guipuzcoano de San Sebastián en septiembre de ese mismo año. El Club Náutico respondía fielmente a las ideas del GATEPAC, entre las que primaba la adopción de los postulados de la arquitectura racionalista: simplificación constructiva y estructural, reducción de costes y democratización de la arquitectura, importancia de una iluminación y ventilación adecuada, fluidez espacial, claridad y sencillez de líneas compositivas y supresión de elementos superfluos, entre otros aspectos. Convenientemente, esta arquitectura también tomaba como referencia los famosos “cinco puntos de una nueva arquitectura” (1927) de Le Corbusier, que fueron traducidos y publicados por la revista Arquitectura en marzo de 1928. Todas estas características aparecen reflejadas en la memoria original del proyecto, transcrita más abajo.
Vista desde el agua, en 1929. Fuente: "A.C.", 1931, 21
Para el grupo GATEPAC, el Club Náutico de San Sebastián, de línea futurista y “extraña” en aquel lugar y época, representó una llamada de atención a la arquitectura historicista; en concreto, a la del Gran Casino (actual Ayuntamiento), situado en las inmediaciones del edificio. Así se reflejó en un artículo de 1931 publicado en el tercer número de la revista A.C. Documentos de Actividad Contemporánea, divulgadora de las ideas y obras del colectivo:
“El Club Náutico de Aizpúrua y Labayen se ajusta al programa y a las necesidades de las gentes de hoy, hubiese sido inadaptable a la anterior generación; hay optimismo, luz, aire, una policromía en tonos pálidos nos trae alegría mediterránea, alegría y reposo, todo el programa que se impusieron los constructores. Se acentúa esta impresión por el contraste penoso que ofrecen las construcciones cercanas, el Casino viejo con su arquitectura innoble y triste, arquitectura de Casino, de todos los casinos de aquella época; los lugares de diversión de nuestros padres nos entristecen, tiene la tristeza de una sala de espectáculos con alumbrado de gas, la tristeza y el sabor insano, características de las construcciones de aquella generación”.
Y continúa:
“Después de recorrer el viejo Casino vale la pena tomar un momento de reposo en el Living-room del nuevo Club Náutico; el paisaje magnífico, el panorama de la bahía, todo el encanto de San Sebastián está ante nuestra vista, gana enmarcado por las formas sencillas que a contraluz recortan el cielo y el mar; aquí se está bien, nada hiere, todo es descanso a los ojos y al espíritu, las ventanas no oprimen el panorama, lo limitan solamente siguiendo su dominantes horizontal, realzando su valor; es ligero todo, todo tiene racionalidad y la justa dimensión que se encuentra en un trasatlántico. Si lo recuerda (no ha sido esta una preocupación de sus autores), es porque como aquél es algo creado con sinceridad, planteando claramente el problema, se ha tratado de hallar la solución más franca […]”.
Vista nocturna desde el muelle, en 1987. Al fondo, el antiguo Gran Casino. Fuente: "Real Club Náutico de San Sebastián", 1928-1929, 1995, 53
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Memoria del proyecto, publicada por sus autores en la revista Arquitectura nº 130, febrero/1930.
Este Club está situado en una rampa, a la izquierda del Gran Casino.
La ampliación está realizada en altura y longitud, pues la anchura venía impuesta por la rampa (12 metros).
Las necesidades del Club eran de dos clases, principalmente: las del Club propiamente dicho y las del Restaurante público.
Fijamos el programa, por consiguiente, en estas piezas: Planta principal, vestíbulo-hall, biblioteca, sitio de estar, sala de juego con bar, sala de juntas, terraza abierta y servicios generales; Planta baja, gran salón de fiestas y conversación, cuartos de balandristas y bañistas, cocina y servicios generales; Planta alta, dispusimos el restaurante, bar y gran terraza.
Vista desde el paseo en 1944. La estructura de lonas situada en cubierta recuerda al antiguo Club Náutico. Fuente: "Real Club Náutico de San Sebastián", 1928-1929, 1995, 51
El antiguo Club constaba solo de planta baja, cubierta con terraza, en parte de la cual había una construcción de madera chapeada en caoba. Esta planta era de fábrica de mampostería con muros de 1,20 de espesor y tenía 34,80 de longitud. Se ampliaron 21 m., que hacen un total de 55,80 m. x 10 m. de anchura. Los huecos de esta planta son pocos y pequeños, debido a que las olas en pleamar y en días de temporal barren por completo la rampa, alcanzando alturas de seis a ocho metros.
Las obras de ampliación de estructura de hormigón armado se cimentaron en los muros de 1,20 m. por medio de placas de un metro cuadrado. Los pies derechos, cada seis metros, tienen 0,25 x 0,25 m. de radio en la primera planta y 0,10 m. en la segunda. Los entramados son de hormigón armado y los muros de cierre de ladrillo son dobles y con cámara de aire para evitar la humedad, que es mucha en este clima.
Los pavimentos son todos continuos en la planta principal y de madera en la planta baja. Las partes practicables de los chassis metálicos de los huecos son giratorios.
Detalle de las carpinterías giratorias, en 1929. Fuente: "A.C.", 1931, 22
Las terrazas problema fundamental se han resuelto de la manera siguiente: encima del suelo de hormigón se colocaron unos fieltros impermeables soldados entre sí, y, encima de las juntas, otros fieltros menores; una capa de arena de cinco cm. de espesor cubre todo esto y, encima, losas de hormigón armado de un metro cuadrado, con separaciones de un centímetro entre sí, rellenas de tierra, evitando de esta manera que el hormigón se dilate por los cambios brucos de temperatura.
La decoración interior no existe. Todo se supedita a la contemplación de la bahía desde cualquier punto de los locales, por medio de grandes ventanales en horizontal. Todos los muebles responden a la idea de comodidad y sentido práctico; en algunas dependencias se han instalado muebles en serie, de la casa Thonet. Únicamente se han hecho unas concesiones en la decoración de la sala de juego y en el salón de fiestas, empleándose maderas chapeadas con raíces de caoba y nogal, respectivamente; pero siempre con un predominio de la sencillez sobre el amaneramiento.
Interior del restaurante, en 1929. Fuente: "Real Club Náutico de San Sebastián, 1928-1929", 1995, 48
Era interesante resolver el problema del restaurante con independencia del Club y al mismo tiempo con comodidad para los socios; pues, desde luego, el restaurante y el bar pertenecen a la Sociedad y era necesario que tuviesen una gran amplitud por la aglomeración de gente en las fiestas del Club.
El restaurante era necesario fuese confortable en verano e invierno. La solución fue: ventana única, orientada en todas direcciones y altura de techo de 2,20 m. en la parte central y 2,70 m. en el resto.
La iluminación en todo el edificio es indirecta, conseguida por medio de reflectores; más economía, pues se utilizan menos puntos de luz.
Conseguidas en el interior la comodidad, la visualidad y la relativa amplitud, el exterior, sin interés especial, le queda supeditado. Solamente vemos pies derechos, superficies lisas de paramentos, muy pocos, mucha superficies de huecos y bastante --color; tonalidades en azul pálido, marrón, verde claro, crema etc. Los chassis metálicos en negro. Ha presidido en todo una idea de espíritu limpio y sencillo. Hemos ensayado muchas cosas. No creo sea nocivo. Se aprende a construir como se debía construir.
Nos interesa hacer constar que la diafanidad, cualidad primordial de esta construcción, no hace de ella un edificio sólo de verano. Aunque parezca extraño, lo encontramos templado, cómodo y confortable en estos meses de invierno.
- Labayen y Aizpúrua, arquitectos. Febrero de 1930, San Sebastián.
Vista actual desde el paseo de La Concha. Fotografía: Amaia Redondo Laboa
En la actualidad, el Club Naútico de San Sebastián, declarado Bien de Interés Cultural (BIC), presenta diversas alteraciones respecto al proyecto original, posiblemente motivadas por la falta de espacio y el cambio en los usos en el edificio. Es posible identificar estas modificaciones a partir de fotografías tomadas desde sus inicios hasta la actualidad donde, como se puede observar, ha sido recientemente restaurado y presenta un buen estado de conservación.
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Bibliografía:
- “El Club Náutico de San Sebastián”. AC: Documentos de Actividad Contemporánea. G.A.T.E.P.A.C.; nº 3, 1931 - pp. 20-25.
- “Real Club Náutico de San Sebastián: Joaquín Labayen y José Manuel Aizpurúa y Azqueta”. Arquitectura. Madrid: Colegio Oficial de Arquitectos de Madrid; nº 130, febrero/1930 – pp. 43-50.
- SANZ ESQUIDE, José Ángel. Real Club Náutico de San Sebastián, 1928-1929. Colección: Archivos de Arquitectura. España siglo XX. Almería: Colegio de Arquitectos de Almería, 1995 – 110 p.
- URRUTIA NÚÑEZ, Ángel. “El G.A.T.E.P.A.C.: Josep Lluís Sert, Josep Torres Clavé. Actividades afines, Gaceta de Arte. En: Arquitectura Española contemporánea. Documentos escritos, testimonios inéditos. Madrid: Colegio Oficial de Arquitectos de Madrid, 2002 – pp. 210-213.
- URRUTIA NÚÑEZ, Ángel. “El «Real Club» Náutico de San Sebastián (1928-1929)”. En: Arquitectura Española. Siglo XX. Madrid: Ediciones Cátedra (Grupo Anaya), 2003 – pp.340-342.