Un golpe de efecto.
Un Real Zaragoza más cerca del descenso que del ascenso logró con un buen juego en la primera parte y un buen aguante en la segunda ganar al conjunto andaluz.
La noticia positiva ya llegaba desde la semana pasada: hay portero en la ciudad del Ebro. Unas magníficas paradas dieron el sí quiero de los aficionados blanquillos a Álvaro Ratón. El guardameta se lucía lo que el vasco Irureta no había podido todavía bajo palos maños.
Lanzarote y su trabajazo tanto defendiendo como atacando, las manos de Ratón, la picardía de Ángel y las tablas del veterano José Enrique.
La seguridad en defensa, el centro del campo bien posicionado, Javi Ros sacando el potencial que tiene en su sitio, y Cani y Zapater frenando todo lo que llegaba a su zona. Así, con un equipo bien trabajo y haciéndolo funcionar llegan los buenos resultados. Una rpimer parte positiva en juego se marchó al marcador con un 1-0. Había que seguir llegando apuerta y marcando.
Se consiguió en la segunda parte. Con juego menos brillante que en la primera y un Almería más despierto se empezó a temer más por el partido, pero el Zaragza aguantó.
Un penalti dudoso que le pitaron a Zapater supuso el empate, pero los blanquillos, sin reblar, marcaron el segundo gol. Un árbitro que comenzaba a pitar acciones dudosas y a dejar otras libres de silbato para los almerienses acabaron por enloquecer a la afición, pero ni eso, ni los 5 minutos de añadido supusieron nada para que el Zaragoza no se llevara los 3 puntos en el debut de Raúl Agné desde las cabinas de radio.