Revista Opinión
Dicen que hay una sola realidad, como dicen que hay una sola verdad y es cuando empiezan los cortocircuitos en la testa. ¿Hay una o varias realidades? Veamos. Pareciera que sufrir, todos sufrimos igual, nada mas lejos de la verdad. Hay quien asume el sufrimiento como un aprendizaje necesario – o ni tanto – que nos permite crecer en nuestro proceso de vida, otros ven el sufrimiento como la excusa necesaria para justificar cuanto hace y especialmente cuanto daña. Pudiendo ser un mismo sufrimiento: Una perdida, un rechazo, una infidelidad o cualquier otra tristeza que nubla el devenir, cada quien enfrentará y superará dicho sufrimiento con las herramientas o elementos que la vida le ha facilitado.Esta la persona que sufre una infidelidad. ¿Quién es el culpable? De buenas a primeras señaláremos a quien comete el adulterio, correcto, es la persona que hace el mal. Aquí es donde las realidades, según cada quien, cambian. El que se viste de víctima y punto, aquellos que ante el sufrimiento entienden que la vida les da permiso de hacer lo que les de la gana. Está el que intenta entender al otro, al malo, e intenta comprender qué llevó a esa persona a cometer tal infidelidad: ¿Se sentía bien? ¿Le faltaba algo? ¿Sentía rechazo? ¿Se perdió la conexión? De ninguna manera estas preguntas y sus respuestas justificarán al que cometió el adulterio, pero nos llevarán a entender cómo se llegó a este lugar. La realidad es la misma, una persona sufrió una infidelidad, pero la razón por la que sucede, el cómo se enfrenta y los efectos dependerán de cada quien: Desde aquel que se hace victima o aquel que entiende que por alguna razón, también es culpable de ese desenlace inesperado e indeseado.Va lo mismo con prácticamente todas las relaciones humanas, con las amistades, con las relaciones de familia, con cualquier vinculo que exista entre dos o mas personas. La realidad puede ser la misma: Un afecto puro y verdadero que une a las personas, pero, el devenir o el desenlace será distinto precisamente cuando cada quien asome su realidad y empiece a denotar las diferencias que necesita imponer o que no logra entender. A partir de ahí empiezan las distancias, la presunción de algo de lo que no se tiene certeza, el triste desenlace donde las relaciones humanas se visten de distancia por aquello de que la lejanía suele ser un remedio necesario.La realidad es que dos personas necesitan estar lejos porque algo simplemente los separa. No, la realidad es que hay una distancia porque una o ambas partes perdieron la conexión que les permitía estar en contacto con el otro. Y así aplica, algo que sucede que es una realidad tiene una diferente incidencia en quienes la viven. El asunto va en que entendamos que aunque vivamos una misma realidad, la capacidad de reacción o la respuesta de los demás puede ser tan distinta como diversa.¿Quién tiene la razón? ¿Quién sabe cual es la realidad? Usted tiene la respuesta.