Revista Libros
El profesor intentó tomar contacto con la tierra sin conseguirlo del todo, de tal modo que sólo consiguió levantar levemente una mano, y un dedo índice retorcido, frunciendo el entrecejo, como si no se acordara de dónde se encontraba ni le importara lo mas mínimo _ y digo yo....._ ahora me señalaba debílmente, con un dedo como distraido, que señalaba a mi persona y a la ensalada que me estaba comiendo, por turnos _ yo debo asegurarme de algunas cosas que por lo demás me rondan por la cabeza desde entonces, yo necesito que usted me diga, si no le parece mal, por supuesto, cúales son sus gustos habituales, sus momentos de deleite, en qué consisten, porque estoy seguro que siguen una línea al final de la cual encontraré algo de lo que estoy buscando desde entonces.Toda la mesa detuvo su cena y se me quedó mirando, el comedor entero atendió a la pregunta, el mundo completo paró su eterno girar a la espera de lo que yo pudiera decir, mientras el profesor continuaba agitando levemente su dedo agarrotado, mirando hacia ninguna parte._ …....., eeeeeeeeh........., eee...., no se.La humanidad entera me miraba, esperando mi contestación, esperando algo.Mi casera me miró como mira una madre que te ha pillado en falta _ contestale.Miré hacia mi interior y busqué detrás de mis ojos, cerrándolos mientras hablaba._ los gatos...... atropellados...._ noté que el profesor de políticas, que se había distraído viendo el fútbol en la televisión, se volvía hacia mi, repentinamente interesado_ siempre imagino sus espectros andando por la carretera, subiéndose por los tejados, resucitados para siempre, doy la vida a todo lo que muere imaginándolo vivo de nuevo. Los descubro y les doy la vida, los echo a andar, semitransparentes, desorejados, medio pútridos, da igual, para que puedan continuar con sus cosas. Todos estamos en un lado o a otro de la linea. Lo único aque hago es traer a esta parte a los que pasaron al otro lado._ ¿y qué mas?_ seguía abstraido, mirando a algún lugar que yo no alcanzaba a distinguir y mi casera me observaba con un gesto indefinible._ pueeeees..., creo personajes, que llevan dentro una idea, alguna idea que me ha parecido atractiva en algún momento, y los hago seguir a esa idea, como secuestrados por ella, como si fuera esa idea la que maneja todo su universo, toda su fuerza, como si ellos no hicieran otra cosa que ser sus portadores.Seguía esperando a que yo hablara. _ Por la noche, cuando estoy acostada, imagino los montes en la oscuridad, y siento algo de pena por ellos, por su soledad, por su intemperie tan inevitable._ …...._ A pesar de lo absurdo de la situación, me pareció que merecía la pena implicarme en aquel juego desconocido, me despojé de todo mi pudor, y decidí dejar salir de mi todo aquello que fluyera gracias a mi abandono, exactamente igual que hacía cuando escribía._ ….....mirar dentro de las casas, por las ventanas, ver como la oscuridad desciende entre nosotros al atardecer, robarle a mi vecina el césped que ha cortado, tocarle las tetas a mis cabras, ver como se han cuajado los yogures, cerrar la puerta de casa por la noche, la cama suave cuando estoy cansada, sentir que mi hija respira en la habitación de al lado, ver hojas, ver verde, ver arboles, pisar algo de tierra, el olor de los tomates.....................Continué un momento con los ojos cerrados, hasta que los abrí, otra vez en este mundo.Todos me miraban._ ¿Alguien me puede pasar la ensalada?.....¿por favor?Me tendieron la fuente, de la que me serví intentando no mirar a ningún lado, concentrada en mi plato, en las hojas de lechuga que iban cayendo, unas sobre otras, sin dejar de mirarlas, para no levantar la vista y enfrentarme con la expresión de todos ellos, que me miraban, lo sabía, como si me hubiera vuelto loca.Caminábamos por la calle, a oscuras, camino de casa. Nuestros profesores se habían retirado antes que nosotras, y nos habían dejado tomando el último café en el restaurante. Paseábamos en silencio desde hacía un rato, escuchándose sobre el fondo de grillos, la gravilla crujiendo bajo nuestros pasos. Me gustaba, me había acostumbrado al frío de las noches.Escuché un sonido que tardé en identificar, era mi acompañante, emitiendo un suspiro o un estertor, que la hacía doblarse hacia adelante _ Ya está_ pensé_ Estas cosas acaban saliendo por algún sitio_ fuí a por ella, intentando alcanzarle los hombros, porque estaba intentando sentarse en el suelo_ Acaban con nosotros, joder, tanto miedo, tanta injusticia, la puta crisis y los hijos de puta que la han creado, me cago en dios...., me cago en dios..._ cuando la tuve a mi altura le aparté el pelo de la cara, en medio de la cual tan solo atisbaba a distinguir una fila enorme de dientes, rodeando la negrura de su boca abierta..., y una enorme carcajada, absurda, inesperada, irreal y.........¡ contagiosa!, se estaba riendo, no, no se estaba riendo, se estaba desternillando, casi tirada en el suelo, apretándose la entrepierna del pantalón, la muy majadera, payasa, se estaba partiendo la caja amandíbula batiente, emitiendo sonidos ininteligibles._ ¡l... at...s at...p...ds!.........¡los gatos atr....p...dos!........¡los gatos atropell.........!_ y en cada intento lo daba por perdido, volviéndo a la carga, restregándose los ojos_ Pero.... ¿Tú has visto la cara que ponían........? AAAAAhhhhhh_ Suspiraba un poco y volvía a la carga _ ¿pero tú sabes la pinta que tenías diciendo todas aquellas cosas con los ojos cerrados en mitad de aquella mesa?. ¡Tocar las tetas de las cabras!..... pero si los de la mesa de al lado pagaron pitando y se fueron, pensarían, qué se yo, que estabas drogada, o abducida...._ Volvía a desternillarse, apretándose la tripa, completamente tirada en el suelo, no sabía qué hacer con ella_ AAAAAhhhhh....., y tu profesor...., se quedó un momento con ese dedito sarmentoso con el que te señalaba, suspendido sin saber si estaban borracha....., o te había dado un derrame cerebral....._ Continuaba tirada en el suelo, sin poder parar, hasta que, poco a poco, fui tomando conciencia de lo que estaba contando, de lo absurdo, de lo grotesco de la situación. No hubiera podido decir mas insensateces si hubiera fumado maria, y alli estaba yo, tan oronda, como la protagonista de una sesión de autohipnotismo, o qué se yo, soltando majaderías, y sentí aque se me doblaban las piernas, que la risa incontenible me dejaba sin fuerzas, y la foto de las caras de todos ellos, su expresión anonadada cuando terminé de hablar, no hacía mas que incitarme a reir mas y mas.En aquella apocalipsis de alegría loca, tiradas en el suelo, como en una agonía, vi pasar ante mis ojos todas aquellas escenas que nunca hubiera soñado con contemplar desde la ventana triste, opaca de aquel piso de Madrid , desde aquella vida gris, de cuyo color no tuve constancia hasta que supe lo que era quedarse dormido debajo de un arbol. Y seguimos riendo, soltando todo ese lastre tóxico que poco a poco la civilización había conseguido que fuéramos ingiriendo, junto al humo de lo cigarrillos, al componente secreto de la cocacola, a la contaminación del aire, a la desigualdad humillante, al miedo al paro, a la explotacion, al abuso, a las noticias manipuladas, retorcidas, a la educación sesgada, a la cultura escamoteada, a la idea precocinada y subliminal de que la vida era eso que ibas llenando como podías en los huecos que iban quedando entre el ganar dinero y el gastarlo , y que una vez exprimido el sujeto, mas valía que muriera pronto para que no hiciera gasto. Eso aqui, en el primer mundo, del resto ni hablemos.Con aquella risa, que era como un grito salvaje de liberación, se nos iba depurando el alma, quedándonos en blanco, como recién estrenadas, como en pelotas de nuevo, como hay que estar para poder vivir, si es que vivir, con mayúsculas, es lo que humildemente se pretende.