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¿Realmente estábamos capacitados para cambiar de trabajo? (El bluff de los #headhunters)

Por Joseldelcampo

¿Realmente estábamos capacitados para cambiar de trabajo? (El bluff de los #headhunters)

25 marzo, 2013 No comments

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Hace unos años, coincidiendo con el ‘boom’ económico, muchos profesionales eran los que pensaban en cambiar de trabajo para conseguir básicamente mejor remuneración. Lo importante era crecer económicamente, lo que redundaría en el crecimiento social, o sea, el tener mejor coche que el vecino, una casa más grande o un mejor reloj. Todo era cuantificable económicamente.

Supuestos genios en sus trabajos se valoraban y cotizaban en el mercado y los headhunters hacían cola para conseguir ‘raptarlos’ de una empresa para otra. Algunos de estos supuestos ‘estrellas’ eran realmente tal, pero muchos eran los que solo destellaban brillo y detrás no había nada. Muchos headhunters hacían la vista gorda, toda vez que lo importante era ‘apuntarse el tanto’ y cobrar la comisión por conseguir ese fichaje. Y de aquellos polvos vinieron estos lodos.

Cualquiera de vosotros puede decirme perfectamente algún ejemplo de ‘gran fichaje que acabo en fiasco’ y que aún hoy campan por las empresas españolas con sueldos indignos arruinando a sus empresas mientras que los headhunters que los ficharon siguen campando a sus anchas por el mercado laboral como si fuesen ‘gurus’ de los RRHH, cuando han tenido mucha culpa de que la crisis actual llegase a los niveles que ha llegado.

La pregunta que quiero que se valore hoy es la siguiente: ¿Realmente estábamos capacitados para cambiar de trabajo?

Una vez hablando con la responsable de una gran consultora de RRHH, de las que sacan pecho hoy en día todavía, me dijo que por cada ‘fichaje‘ que consiguiese le daban una prima anual, aparte del sueldo, de entre 5.000 y 6.000 euros, dependiendo del puesto al que se optase. Eso no es el delito. Lo doloroso es que me reconoció que muchas veces no consideraban que los fichajes fueran merecedores de las nuevas condiciones que les ofrecían en sus nuevas empresas, ni que tan solo fueran buenos en sus empresas actuales, pero que ellos hacían la vista gorda porque al fin y al cabo, el mercado laboral era así.

Vamos a ver quin tuvo la culpa de todo esto.

Empresas receptoras de fichajes:

  • Siempre se han fijado en los grandes números sin ´la importancia de lo que había detrás de ellos, las personas. No importaba su actitud ni sus aptitudes con tal de que repitiese las cifras que hacía en su empresa anterior.
  • Se valoraba siempre más el talento que venía de fuera que el que había en casa. No se sopesaba que un punto importante del éxito de un fichaje radica en la adecuación a la filosofía de la empresa nueva donde puede no cuadrar el perfil del fichaje.
  • Pagar una cantidad indigna de sueldo a alguien de fuera era lo normal, lo que el mercado indicaba, pero si un empleado hacía las mismas cifras y pedía incremento de sueldo poco menos que se le crucificaba de por vida.

Fichajes:

Puede que sea la parte menos culpable de todo, pero culpa tuvo.

  • Se unió a la corriente del mercado de que los cambios de empresa había que pagarlos ‘caros’. Poco importaba que se pudiesen cumplir los requisitos que pedían las nuevas empresas, llegando incluso a mentir de forma descarada en las cifras que conseguía en su empresa anterior.
  • Nunca se preocuparon de hacer un autoanálisis que indicase si estaban capacitados o no para adaptarse a la nueva empresa: el sueldo ya les haría que se fuese adaptándose.
  • Predominó el afán individualista. Nadie suele conseguir en su empresa los objetivos sin contar con un equipo (de más o menos miembros) a su alrededor. Personalizar el éxito en una persona, en ellos, fue uno de los grandes errores que hicieron los fichajes. El no poder llevar ‘su equipo’ a la nueva empresa fue su sentencia de muerte.

Headhunters (incluyo a los responsables de RRHH de las empresas que fichaban):

  • Al igual que pasó con el mercado de la vivienda con las tasadoras, encarecieron deliberadamente el mercado laboral para su propio beneficio, para poder cobrar más por sus servicios de headhunters.
  • Lo importante era facturar con independencia de que el fichaje fuese o no el más adecuado para la nueva empresa. La responsabilidad se limitaba a los 6 primeros meses y siempre cabía la posibilidad de decir que es que no se adaptaba a la cultura de la nueva empresa.
  • Se fichaba a ‘cabezas’ de equipo como individualización del éxito, sin contar con el equipo, pero esto no se le dejaba claro a la empresa que fichaba, con lo cual el parecido entre lo que es fichaje hacía en la empresa anterior y en la actual brillaba por su ausencia.
  • Los responsables de RRHH fichaban muchas veces sin analizar demasiado a los candidatos ya que era más importante el ‘hecho en sí’ del fichaje de a quién realmente se fichaba, Era la forma de justificar su sueldo y su puesto.

Realmente si unimos todo esto ¿qué nos encontramos ahora?

  1. Un mercado laboral encarecido en términos de salarios. Los fichajes, muchas veces blindados, siguen cobrando sueldos delictivos sin hacer nada para merecerlo y mientras su empresa, para compensar esto, se dedica a reducir la remuneración de los subordinados, con la consiguiente desmotivación.
  2. Muchas empresas se vieron forzadas a cerrar por la caída en las cifras de su negocio y el encarecimiento de sus costes anuales de RRHH, al encontrarse con un fichaje que les llevó a la ruina.
  3. Cualquiera que quiera entrar en el mercado laboral en una determinada empresa pide condiciones similares a las que ve y para su sorpresa no las tendrá y verá la negligencia personificada en el jefe (el que fue en su momento el gran fichaje).
  4. Las consultoras de RRHH, los departamentos de RRHH o los headhunters, siguen campando a sus anchas presumiendo de que persiguen el talento, pegando unos sablazos de escándalo a muchas empresas por intermediar en fichajes. En las consultoras, headhunters,…, acaban pagando los platos rotos los ‘de abajo’, lo mismo que en las empresas donde entraron los fichajes.

Igual que se piden responsabilidades a las tasadoras por inflar el precio de la vivienda, ¿por qué no se le pide a los headhunters responsabilidades por inflar los sueldos de los fichajes para lucrarse ellos mismos? ¿Por qué muchos de estos fichajes continúan en las empresas sin dar un palo al agua mientras los subordinados están sufriendo y pagando ‘el pato’ de las negligencias de ese fichaje? Mucho porque así justifican el conservar su puesto quienes los ficharon, en el caso de que fuesen los departamentos propios de RRHH. ¿Con qué cara se presenta en la empresa el jefe de RRHH cuando acaba de echar a la calle a un fichaje que hizo a bombo y platillo y que costó un dineral?

Podría poner ejemplos para aburriros de ‘fichajes a bombo y platillo’ que han resultado un fiasco lo que demuestra que ni por un lado los headhunters ni por otro los departamentos de RRHH de muchas de nuestras empresas, reconocerían el talento ni aunque este les mordiese el culo.

Ahora los headhunters aún encima se sienten ‘crecidos’ porque dado el grado de parados que hay y el nivel que ofrece alguno de ellos, se sienten todopoderosos, por encima del bien y del mal, donde con un dedo hacia arriba o hacia abajo, sentencian la vida de un candidato, sin darse cuenta de que ellos fueron y son una parte importante del vergonzoso mercado laboral que tenemos.


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