No somos pocos los que, a la entrada de los colegios de nuestros hijos, nos hemos encontrado con contenedores improvisados para recoger tapones de plástico, siempre con una causa solidaria como fin.
Y no somos pocos los que nos hemos preguntado: "¿Pero realmente recoger taponcillos da para tanto? ¿En serio?" y en alguna ocasión hemos llegado a dudar de que el beneficio sea tal y de que al final no es oro todo lo que reluce.
Así que en mi afán de curiosidad extrema por aprender y encontrarle el sentido a todo, me puse a investigar hasta dar con los motivos por los cuáles esos pequeños tapones eran tan preciados, y sí, esos motivos existen:
- Su material es un polietileno de alta densidad, es decir, un plástico de muy buena calidad, menos tóxico y con elevado valor.
- El reciclado es muy sencillo ya que llega muy limpio y prácticamente listo para ser transformado al ser tan uniforme.
- Ocupan poco espacio y son fáciles de almacenar, lo que abarata costes de intermediarios.