Las segundas rebajas ya están aquí. La drástica reducción de las ventas han obligado a los empresarios a aplicar descuentos de hasta el 70%. Los consumidores, al menos aquellos que tenemos algo de dinero, nos hemos vuelto locos. ¡Vaya precios! ¿Cómo voy a dejar pasar la oportunidad de comprarme por 30 euros esta camisa de marca que costaba 100 hace menos de un mes? Es inevitable caer y, por ello, la mayor empresa del mundo, la Iglesia Católica, ha puesto en marcha una potente y agresiva operación de marketing. Si acudes a la Jornada Mundial de la Juventud, que se celebra
en Madrid esta próxima semana, besas el anillo del Papa (aunque sea de forma figurada)
y te confiesas con verdadero arrepentimiento, entonces y sólo entonces, las pecadoras
que hayan abortado conseguirán el perdón divino. Como la promoción Límite 48
Horas de El Corte Inglés, la confesión tendrá que producirse esos días, ni
antes, ni después. La oferta es efímera y dura lo que dura, aprovechas la
oportunidad o la pierdes. Así que todas las pecadoras abortistas que no vayan a
Madrid a confesarse estos días seguirán en la lista de los excomulgados y, por
lo tanto, condenadas al fuego eterno del infierno. El resto, las que tengan la
“suerte” y el “honor” de ir a ver a Benedicto, esas afortunadas que puedan arrepentirse en
periodo de rebajas, serán redimidas.
¡Vaya por Dios! Igual he cometido
sacrilegio, tendré que ir a Madrid…