Rebaños de cabras y decisiones de grupo

PRIMERA PARTE
(Este post participa en la VII Edición del Carnaval de Humanidades, acogido en el blog Afán por saber. Y en la Edición 4.123105 del Carnaval de Matemáticas, cuyo anfitrión es el blog Cifras y Teclas.)

Reunión de urgencia en la sede del FC Barcelona.
El pasado sábado unas cabras salvajes entraron en los campos de entrenamiento del equipo, y se comieron todo el césped de los terrenos de juego.
Queda una semana para que comience la Liga, y el equipo no tiene sitio donde entrenarse.
Así que se reúnen el presidente, Sandro Rossell, el director deportivo, Andoni Zubizarreta, el preparador físico, Elvio Paolorosso, y el entrenador, el Tata Martino.
Deben decidir dónde van a entrenar durante toda esta semana.
El presidente decide proponer una idea:
- ¿Por qué no preparamos una concentración de una semana en Andorra?
Al director deportivo le parece una buena idea.
El preparador físico cree que es una buena decisión.
Y el entrenador, a la vista de que a todo el mundo le parece positiva la idea de entrenar a Andorra, tampoco pone reparos.
Así que, por unanimidad, deciden que esta semana el FC Barcelona entrenará en Andorra.
Todos están de acuerdo, pero... ¿crees que han tomado la decisión correcta?

SEGUNDA PARTE
Si todos los participantes han expresado lo que realmente pensaban que era mejor para el equipo, la decisión será correcta, ¿no?
Pues no, en este caso no han adoptado la mejor decisión.
¿Crees que alguno de ellos no se ha manifestado de acuerdo con lo que pensaba?
No, realmente todos han votado por la opción que creían más ventajosa para el club.
Entonces, ¿estaban todos equivocados? Se supone que si están desempeñando esos cargos, será porque tienen una alta capacidad para tomar este tipo de decisiones de forma correcta, ¿no?
Es cierto. Todos ellos tienen la suficiente capacidad para desempeñar su trabajo. Y ninguno de ellos estaba equivocado. Sin embargo, entre todos han tomado una decisión errónea.
¿Cömo puede ser posible?
Vamos a ver qué era lo que pensaba cada uno de ellos, y qué es lo que dijeron.
Comencemos por el presidente, Sandro Rossell.
Él pensaba que el director deportivo preferiría alejar a la plantilla de los medios periodísticos de Barcelona, con el fin de que se preparasen de una forma más tranquila para afrontar la nueva temporada. Y Andorra era un excelente sitio para conseguir dicho propósito.
Sandro, además, creía que el preparador físico estaría de acuerdo en hacer una preparación de una semana en altura, ya que ello les proporcionaría a los jugadores un fondo físico superior, con el que poder afrontar con mayores garantías la temporada.
Y pensaba que al nuevo entrenador le apetecería que los componentes de la plantilla estuviesen concentrados una semana más, ya que ha habido varios cambios de jugadores durante el verano, y les vendría bien una mayor compenetración entre todos ellos y el nuevo técnico.
No obstante, organizar de forma tan precipitada la estancia fuera de Barcelona de toda la plantilla durante una semana le iba a suponer numerosos problemas. Él, personalmente, hubiese preferido que se entrenasen en el Mini Estadi, a pocos metros del Nou Camp, pero entendía que todos los demás preferirían la opción de Andorra, y por eso había sugerido la idea.
Vamos a ver qué pasó con Andoni Zubizarreta, director deportivo del club.
Dado que Rossell ya había manifestado su preferencia, entendía que el presidente pensaba que la estancia en Andorra podía ser una buen reclamo a nivel publicitario para el club.
Además, pensaba que el preparador físico valoraría positivamente el hecho de que la plantilla respirase el aire fresco de la montaña, y no la polución de la ciudad.
Y seguro que al entrenador le apetecería conocer este pequeño país y pasar allí una semana, ya que sabía de su interés por el turismo de montaña.
Por tanto, Zubizarreta creía que todos preferirían entrenar en Andorra, y por eso dio su voto a favor, a pesar de que él particularmente pensaba que era preferible que entrenasen en el Mini Estadi, ya que con el dinero que se iban a gastar en la estancia fuera de Barcelona podrían haber fichado al defensa central que necesitaban.
¿Qué ocurrió con el preparador físico?
Llevaba pocos días en el club, por lo que no conocía otro sitio donde pudiesen entrenar. De todas formas, estaba claro que ir a Andorra debía ser una opción muy favorable, pues tanto el presidente como el director deportivo habían expresado su voluntad de que el equipo entrenase allí.
Además, seguro que al entrenador le gustaría alejarse del bullicio de Barcelona. El Tata Martino llevaba unas semanas de mucho ajetreo debido al traslado de domicilio de toda la familia, y seguro que valoraría positivamente unos días de ‘vacaciones’ en la montaña.
Por todo ello, también dio su voto a favor de Andorra. No obstante, tras la agotadora gira de promoción que había realizado el equipo durante las últimas semanas por todo el mundo, pensaba que quizás sería mejor entrenar al nivel del mar, en el Mini Estadi, y no someter a la plantilla a un entrenamiento en altura, que podría acabar de agotarles.
Y por último, veamos lo que pensó el entrenador, Gerardo 'Tata' Martino.
Era claro que los otros tres preferían ir a Andorra, antes que entrenar en el Mini Estadi.
Estaba convencido que el presidente tenía en mente sacar una buena rentabilidad a esta estancia del equipo en Andorra, y por eso había sugerido dicho destino, y que el director deportivo creía oportuno no modificar la planificación de entrenamientos en el Mini Estadi del resto de categorías inferiores.
También suponía que al preparador físico le encantaría cambiar las aburridas sesiones de entrenamiento en el campo de fútbol por la realización de divertida rutas de entrenamiento a través de la montaña.
No obstante, al Tata Martino, después de varias semanas de gira por todo el mundo, le apetecía tomar contacto con un campo bien preparado y cuidado como el del Mini Estadi, y no con el terrenos de juego de Andorra, que probablemente no estarían en perfectas condiciones.
Pero a la vista de que el resto de personas parecía que preferían la otra opción, tanto por lo que habían votado como por lo que él creía que pensaban, optó por votar en el mismo sentido.
Así es que todos hubiesen preferido la opción de que el equipo se entrenase en el Mini Estadi, y sin embargo la decisión tomada es la de hacer una concentración de 7 días en Andorra...
Además, hay que añadir que todos ellos han 'sacrificado' sus intereses personales por aquello que suponían que era el interés general del equipo, por lo que su frustración puede resultar aún mayor.
Estamos ante un ejemplo de lo que se denomina 'Paradoja de Abilene'. Esta paradoja, que afecta a los campos de la psicología, de la sociología y de los negocios, fue descrita por Jerry B. Harvey, de la Universidad George Washington, en 1988.
Trata sobre las malas decisiones que en determinadas ocasiones toman los grupos, ya sean comunidades de vecinos, familias, grupos de amigos, equipos directivos, parlamentos, consejos de administración, o sociedades enteras. Y puede tratarse de pequeñas decisiones como de a qué restaurante ir a cenar, o de grandes decisiones económicas que afecten a un gran número de países.
En todos estos casos, se trata de grupos pequeños o numerosos de personas que acaban haciendo algo que ninguna de ellas quiere de forma individual.
¿Por qué ocurre esto?
A veces puede deberse a que todos siguen la opinión del líder, de la mayoría, o del 'rebaño', por evitar problemas, por no discutir, por no convertirse en el típico aguafiestas, o por no estar bien visto el ir en contra de la opinión generalizada.
De esta forma, las personas se sienten en cierto modo ‘presionadas’, consciente o inconscientemente, para ir a favor de lo que se supone que opina la mayoría.

Así, nadie está dispuesto a dar el primer paso en expresar una objeción al 'pensamiento de grupo', al menos en el momento de la decisión. Aunque no es infrecuente que ante el menor contratiempo, todo el mundo se apreste a criticar la decisión tomada, afirmando que él ya sabía lo que iba a ocurrir, y que hubiese votado elegido otra opción.
De hecho, las últimas investigaciones hacen creer a los científicos que el cerebro humano está programado para cambiar su punto de vista si éste no concuerda con la norma.
Así, hay estudios que sugieren que el 'Pensamiento de grupo' no sólo se impone a la hora de votar, sino que incluso, al cabo de un tiempo, los miembros del grupo acaban pensando de aquella forma que se supone que deberían pensar. De esta forma, el cerebro humano se protege de la contradicción que supone pensar de una forma y actuar de manera contraria.
¿Y cuál es la forma de no caer en esta paradoja?
Pues la única manera consiste en fomentar dentro de los grupos el intercambio de información entre los miembros y el respeto de todas las opiniones, de tal forma que puedan surgir distintas alternativas y soluciones eficaces para los problemas que se planteen.
Si estáis interesados en el tema, podéis consultar más sobre la paradoja de Abilene en la Wikipedia.