Se me está acabando la rebeldía,
y cuando rota besa el fondo,
se eleva como ave verde
y audaz de fantasía...
Y si se me acaban los luceros
allá en lo alto del cielo,me persiguen raudos mil astros nuevos
con su luz de rabia y mediodía.
Y el camino me habla hoy
canciones viejas que me suenan
a sangre roja y rubia melodía;
y desde el polvo de estas cunetas,
lecho morado de florecillas,
se oyen poemas de conciliación,
abrazo y nueva vida.
Y hoy el pan
busca su dueño,y les crecen alas
verdes y blancas
a las caricias;
porque es justo
que el mudo hable
sin temor de un dueño,
y sereno grite justicia.