En el año 1967, se rodó la película de ” Rebelión en las aulas”; su contenido por aquel entonces, era difícil de asimilar pero hoy en día es algo relativamente cotidiano; un ingeniero acepta el encargo de trabajar en un instituto y tiene la misión de encauzar a una serie de ovejas descarriadas. A raíz de ese film, se hicieron varias más de ese calado. La más conocida quizás ” Mentes Peligrosas” o ” El Sustituto!” por poner dos ejemplos. Como decía, años atrás, atemorizar a quien educa, era poco menos que ciencia ficción, en cambio, actualmente, tan solo está mal visto.
Todo esto viene a cuento de que, no hay día en que no veamos o escuchemos casos en los que, menores de edad, agreden al profesor de turno como ha pasado recientemente en EUA, o que un grupo de ellos, unen fuerzas para vapulear al más inocente de sus semejantes escolares. Si vamos un paso más allá, estos mismo menores, tienen la sangre fría de agredir a sus progenitores. No soy quien para emitir un veredicto, pero quizás, las leyes contemplan demasiada permisividad hacia el infractor…tal vez la televisión, muestre en exceso tanta brutalidad. Lo pero de todo, es que, mientras unos apalean, otros graban con sus móviles la escena para colgarla en sus redes sociales y así, vanagloriar a unos y poner en evidencia a otros.
No hace tanto tiempo, nadie hubiera osado contestar ni poner en tela de juicio la autoridad de un adulto; la rueda del mundo ha dado un giro de 180º, y en muchos casos es el adulto quien no se atreve a replicar a un menor.
Yo por ejemplo, he crecido viendo las películas de ” El Vaquilla” y todo sus secuaces, hoy en día, no son más que meras burdas representaciones en comparación de lo que vemos en la actualidad. También he podido ver las películas que mencioné anteriormente, así como series que incitaban a la violencia; después de todo esto, aquí sigo, escribiendo este artículo a la espera que, , el respeto vuelva al lugar que le corresponde y cada persona, siga manteniendo intactos sus roles.
No pretendo que este sea un mundo de color de rosa porque es algo imposible, pero si quitáramos un poco más el negro, tal vez sería mejor para todos.