Revista Cultura y Ocio
La famosa y gigantesca cadena de tiendas ZARA, propiedad de la multinacional gallega INDITEX, tiene a sus empleados, en Galicia, soliviantados y en rebeldía.
No es para menos porque la precariedad laboral que sufren es digna de destacar, máxime cuando esta cadena, controlada por el muchimillonario Amancio Ortega, consigue millonarios beneficios. En el último trimestre fiscal, de febrero a abril, Inditex logró un beneficio neto de 332 millones de euros, un 10% más que en idéntico período del año anterior.
Mientras, y a modo de ejemplo, el salario base de un dependiente en Zara, según el sindicato CCOO, asciende a 837 eruos brutos mensuales, aunque pocos cobran esta cantidad estipulada para una jornada de 40 horas ya que el 80% de su plantilla en Madrid tiene contratos a tiempo parcial.
Así es esta multinacional tan valorada en muchos medios. Con sus miles de tiendas por el ancho mundo, de la mano de uno de los hombres más ricos del planeta. Según la revista Forbes, es el español más rico, en el septimo puesto del ranking mundial, con una fortuna de 31.000 millones de dólares.
Hace unos meses publiqué un artículo, "Obreras de la ropa", en el que denunciaba la situación de muchas mujeres que trabajan en condiciones verdaderamente precarias para las grandes multinacionales textiles.
Destacaba que marcas tan conocidas como Inditex o Adolfo Dominguez, o H&M, entre otras muchas, que ante sus clientelas presumen de tener la mejor calidad-precio, consiguen sus grandes beneficios a través de una interminable cadena de subscontrataciones, que terminan en la explotación indecente de las "obreras de la ropa". Esta situación que se viene acelerando desde los años 90, se ha acelerado más aún con la crisis económica y con la avaricia de las famosas marcas de ropa por mejorar sus beneficios a costa de mano de obra en condiciones de esclavitud.