Hasta el momento son 35 los países a los que he visitado cinematográficamente hablando, mostrando aquí una pieza de cada uno de ellos. Esta es ya la tercera parada, y engloba a los países situados en el sur del continente más extenso del planeta.
Estos son los países que llevo recorridos desde la anterior parada, con sus correspondientes películas. Los artículos están enlazados en los países-títulos:
Irán: Nader y Simin, una separación
Afganistán: La piedra de la paciencia
Pakistán: Bol
India: Bhaag Milkha Bhaag
Bangladesh: Third Person Singular Number
Myanmar: Adan Eve Datha
Tailandia: The love of Siam
Camboya: La imagen perdida
Vietnam: Bi, don´t be afraid!
Malasia: At the end of the daybreak
Singapur: Tatsumi
Indonesia: The raid: Redemption
La crítica social abunda en la mayoría de estas películas, aunque también podemos encontrar ejemplos de romance, biopic o acción. En general, el cine asiático es bastante comprometido, por lo que ofrece una calidad elevada en cuanto a la reflexión. Por ello en numerosos festivales internacionales de cine son muchas las películas orientales que triunfan.
Si elijo las “mejores” (a mi gusto, pues este concepto es totalmente subjetivo) de éstas, en el podio estarían el largometraje indio, el iraní y el camboyano, aunque también habría que mencionar al menos a las películas de Vietnam y Singapur. Técnicamente, son todas muy buenas producciones (exceptuando la de Myanmar, que es para considerarla aparte, pues no tiene nada que ver con el resto), por lo que, además de tener un contenido, la forma hace que el espectador pueda disfrutar de un buen nivel de cine.
El director iraní Asghar Farhadi nos hizo un retrato muy realista de los conflictos de una pareja que se separa. En India, descubrí la vida de un gran atleta que consiguió grandes logros, pero que el director los cuenta a partir de sus fracasos. Me encandiló la forma de la narración, técnicamente casi perfecta, que atrapaba durante sus 3 horas de duración.
La originalidad del documental camboyano a la hora de plasmar una historia a través de muñecos de arcilla hizo que me interesara por los desagradables acontecimientos históricos de dicho país. Por otra parte, tanto la pluralidad de la atracción contada desde diferentes puntos de vista en la película vietnamita como la forma en que se emplea la animación en un biopic que mezcla realidad con obras del autor al que se homenajea, consiguieron hacerme interesar por un cine que desconocía totalmente y que, publicación tras publicación, logra convencerme cada vez más de que las diferencias entre distintos lugares son menores. Existen, por supuesto, pero son menos importantes que los rasgos comunes, que son los que conforman la esencia del ser humano.
Si no hay tormenta de meteoritos, el próximo país será Australia, país de lengua inglesa, animales exóticos, desiertos y costas. Seguro que encontraremos aspectos en común, al fin y al cabo, somos humanos…
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