Receta: biscotti de pistachios, naranja y jengibre

¿Te gusta el desayuno? Confieso que a mí no. Bueno, el desayuno normal de entre semana, digo. Un bol de cereales secos y sin mucho sabor no me hace ilusión, sobre todo si encima no tengo hambre, y nunca tengo hambre cuando me despierto. Para mí, un buen desayuno es a media mañana, e incluye tostadas crujientes y blanditas a la vez, un queso muy salado, jamón, tomates, mermelada, zumo, por supuesto café… Y eso es lo que intento hacer en casa los fines de semana (hoy, por ejemplo, el desayuno va a ser jamón con aguacate con un poco de aceite de oliva encima de tostadas de pan ciabatta… mmmm). Pero entre semana, me conformo con una barrita de cereales cuando llego a la oficina. O, si hubiese sido previsora y hubiera hecho algunos de estas galletas el fin de semana anterior, un biscotti. Mucho mejor.

Biscotti son galletas duras y gruesas con un sabor muy suave, idóneas para tomar con el café, el té o con una copa de vino dulce (¡obviamente no estoy recomendando que tomes vino dulce para el desayuno, es que también quedan ricos como postre o merienda!). Y por supuesto, los puedes servir en un plato o una bandeja en un brunch, una fiesta de té, incluso un cóctel. Es curioso que me gusten los biscotti, porque soy más de sabores fuertes. Pero me encanta la combinación de la sutileza de su sabor con la fuerza de su textura. Puedes jugar con los ingredientes para conseguir distintos efectos. Mis biscottis preferidos son estos, contienen pistachos y una ligera sabor anaranjado, que da un toque exótico al café de la mañana.

Para aprox. 16 biscotti, necesitas:
80g de mantequilla reblandecida
100g de azúcar
2 huevos
1 cucharada de coñac
Piel rallada de 1 ½ naranjas
150g de harina, más un poco más para manipular
1 ½ cucharaditas de jengibre molido
½ cucharadita de sal
80g de pistachos (sin cáscaras)

Forra una bandeja de horno con papel de cera.

Con la batidora, bate juntos la mantequilla y el azúcar, hasta conseguir una masa ligera y clarita. Añade los huevos de uno en uno, mezclando entre cada adición. Añade el coñac y la piel rallada de naranja. Puede parecer aquí que la mezcla se corte, pero no te preocupes, sigue adelante.

Añade la harina, el jengibre y la sal, y mezcla justo hasta conseguir una masa homogénea. Añade los pistachos, y mezcla suavemente.

Echa un poco de harina en la bandeja de horno preparada, y vierte la masa encima. No debe extenderse mucho, quieres una forma más o menos como un pan ciabatta pequeño. Pon la bandeja en la nevera durante una hora, para que se solidifique un poco.

Calienta el horno a 170ºC. Saca la bandeja de la nevera, y si hace falta, moldea la masa un poco para conseguir un look aún más “ciabatta”, pero intenta no manipularlo mucho, no queremos que la masa se calienta antes de tiempo.

Hornea durante aprox. 20 minutos, o hasta empiece a coger un poco de color. Saca la bandeja del horno, baja la temperatura a 130ºC, y deja que la masa horneada se enfríe durante por lo menos 20 minutos.

Corta la masa horneada en rebanadas de aprox. 8-10mm de ancho.

Colócalas en la bandeja…

…y hornea durante unos 20 minutos. Sácalas del horno, y déjalas enfriar.