Hoy comparto otro de los platos favoritos de en mi casa, la ropavieja. Es de esas comidas que a veces haces un caldero lleno pensando que dará para el día siguiente, esa clase de días donde sabes que tienes mil cosas para hacer e intentas avanzar un poco, pero ni con esas. Yo creo que podría hacer tres calderos y caerían igualmente el mismo día.
Además es una buena forma de “camuflar” un poco esos garbanzos que tanta guerra suelen dar en casa, porque en este plato se los comen como si nada al estar en salsa de tomate. ¡Ni se enteran!
Veamos qué vamos a necesitar:
- Carne. Yo suelo usar añojo completamente limpio ya que a los peques no les gusta nada encontrarse con grasa en la carne.
- Una pechuga de pollo
- Garbanzos
- Papas
- Tomate. Yo uso natural triturado y frito
- Pimiento y cebolla
- Sal, pimentón, comino, orégano, vino blanco
¿Cómo lo preparamos?
Lo primero es guisar la carne, el pollo y los garbanzos. La carne la guisamos bien para que no se nos quede dura. Podemos ponerla en trozos pequeñitos, o desmenuzada en tiras (yo suelo hacerla así) y el pollo igual. Las papas las cortaremos a cuadros, granditos, y las freiremos. Sólo es esto, no tiene más ciencia, y ahora nos queda la salsa.
Yo suelo hacerla directamente en un caldero pero también podemos hacerla en sartén honda. Primero freiremos los pimientos y cebolla en cuadritos muy pequeños. Le añadimos dos cucharadas pequeñas de pimentón, un poquito de orégano, una pizquita de comino y dejamos que se siga haciendo un pelín más a fuego no alto. Añadimos vino blanco, unas dos tazas,yo suelo ponerle un poco de colorante alimentario, y volvemos a esperar un poquitín. Finalmente añado tomate natural triturado y tomate frito, una lata de cada una y cuando empiece a hervir con el tomate voy removiendo durante unos minutos. Una vez hecha la sala añado la carne, pollo, papas y garbanzos y lo mezclo todo bien. Lo dejo a fuego bajo durante unos minutos más y listo.