Llega el verano y las comidas, con el calor, se aligeran. En mi casa nos encantan los tomates, así que el gazpacho y el salmorejo son habituales en nuestra mesa. Me gustan mucho los dos, pero creo que tengo preferencia por el salmorejo, que está tan rico que hasta mi hijo pequeño, de 14 meses, se relame de gusto cuando le doy a probar. Sí, no es muy habitual que les guste con esta edad, pero es que este niño come que da gusto, de verdad. El caso es que está tan rico y es tan fácil de hacer que hoy, mientras lo preparaba, he sacado unas cuantas fotos y me he decidido a colgar la receta. Las que vivís es España lo conoceréis bien, pero para las de fuera os diré que el salmorejo es una crema fría de tomate que se suele tomar acompañada por huevo cocido y jamón serrano, aunque el acompañamiento es opcional, porque también está muy bueno solo. Aquí os dejo la receta y un truquito para pelar tomates maduros.
Ingredientes (para 4 personas):
1 kg. de tomates maduros
200 gr. de pan
1 diente de ajo
150 ml. de aceite de oliva
Sal
2 huevos cocidos (opcional)
Jamón serrano picado (opcional)
1. Cocer los huevos y después dejar enfriar. Este paso es opcional, depende si después vais a usarlos de acompañamiento.
2. Trocear el pan y ponerlo en un bol grande
3. Lavar y pelar los tomates. Y aquí os dejo mi truco (que en realidad no es mío, se lo vi un día a Arguiñano en la tele y se lo he copiado jeje), porque pelar los tomates maduros suele ser bastante engorroso y te llevas la mitad de la carne al tratar de quitar la piel.
Truco: poner a cocer agua en una cacerola y preparar un bol con agua fría y cubitos de hielo. Cuando el agua rompa a hervir introducir los tomates, escaldarlos durante un minuto y pasarlos después al bol con agua fría y dejar que se enfríen un poco. El contraste del agua caliente y el agua fría hace que la piel se separe de la carne del tomate y se puede pelar hasta con los dedos. Probadlo y veréis que, aunque no lo parezca, es más rápido y efectivo que liarse con el cuchillo.
4. Trocear los tomates y ponerlos en el bol grande, cubriendo el pan. Dejarlo reposar durante unos 10 minutos para que el pan se ablande un poco.
5. Añadir el diente de ajo. Yo, en realidad, pongo medio diente, porque nos gusta más suave. La cantidad de ajo depende de vuestros gustos e incluso hay gente que lo suprime del todo.
6. Incorporar el aceite y la sal al gusto y triturar con la batidora hasta que quede una crema fina y sin grumos. Si os gusta más líquida, siempre se puede añadir un poco de agua. Después introducir en la nevera y dejar enfriar.
7. Se sirve fría y, si se quiere, acompañada de los huevos cocidos y el jamón serrano, todo picado.
Espero que os haya gustado esta receta de salmorejo tan sencillita y que os animéis a probarla.¿Te ha gustado este post? No te pierdas nada y suscríbete por email: