La tarta Tatín es famosa en el mundo entero, y su creación se debe a las hermanas Tatín, las cuales regentaban un hotel (con el mismo nombre) en Lamotte-Beuvron, Francia. Lo que diferencia a esta tarta de otras es que se hace al revés que una tarta normal, es decir, con la masa por encima del relleno, y no por debajo. Se dice que su descubrimiento fue debido a un fallo, el cual solucionaron colocando la masa por encima de las manzanas que previamente habían caramelizado... parece ser que de más.
Esta tarta se hace normalmente con manzana, pero como tenía una lata grande de piña de sobra, utilicé ésta en lugar de manzana. Es una tarta que no requiere mucho tiempo, no como las típicas en las que hay que hornear las capas de bizcocho. En este caso, se hace todo en un abrir y cerrar de ojos.
Ingredientes:
Para el caramelo:
- 60 gr. Azúcar moreno
- 60 gr. Azúcar normal
- 15 gr. Mantequilla
- 500 gr. Piña en lata sin azúcares añadidos
- 85 gr. Harina de trigo
- 70 gr. Leche desnatada
- 40 gr. Mantequilla
- 40 gr. Azúcar normal
- 2 Yemas de huevo
- 5 gr. Levadura Royal
- 1 placa de hojaldre con mantequilla
- Un chorreoncito de esencia de vainilla
- Una pizca de sal
Lo primero es coger las rodajas de piña, sacarlas de la lata y eliminar el máximo líquido posible, apretándolas un poco, y luego dejándolas sobre papel absorbente.
Buscamos una sartén que podamos meter al horno, la ponemos a fuego medio, y añadimos los ingredientes del caramelo inicial, y dejamos que se funda. Si no tenemos una sartén apta para el horno, podemos hacer este primer paso en la sartén y luego trasladarlo a un molde de horno sin problema. Ponemos las rodajas de piña (cortadas por la mitad) encima y les damos la vuelta para que se caramelicen. La posición en que dejemos las medias rodajas de piña será la posición final, la que se verá al darle la vuelta a la tarta. Lo hacemos con todas las medias rodajas. Y apartamos del fuego.
En un bol ponemos los 40 gr. de azúcar normal, los 40 gr. de mantequilla derretida, la leche, las dos yemas y la harina junto a la levadura, la sal y la esencia de vainilla, y mezclamos bien con una varilla. Debe quedar una consistencia tirando a espesa.
Vertemos la masa encima de la piña en la sartén, distribuyendo bien con ayuda de una lengua o una cuchara.
Ahora ponemos la placa de hojaldre por encima, plegando las partes sobrantes, y metemos al horno precalentado a 180º, calor arriba y abajo durante 40 minutos.
NOTAS: Le añadimos unos albaricoques cortados a la mitad y salieron muy amargos, aunque al día siguiente esa acidez se perdió y le dio un punto ácido. Yo la tuve en el horno durante 45 minutos, lo que tardó en ponerse dorado el hojaldre, pero creo que con 35-40 minutos hubiera bastado.