Tras aquella temporada de casi un año en la que decidimos probar una dieta vegetariana en casa, llegamos a la conclusión de que era muy sacrificado mantener una dieta así. Así que, era eso, o comer en muchas ocasiones a base de productos vegetarianos de supermercado tipo hamburguesas, hummus, tortillas sin huevo y similares. Y sinceramente, sabiendo que muchos de estos platos son igual de poco saludables que cualquier alimento procesado no vegetariano, decidimos flexibilizar la dieta para evitar pasar las horas que pasábamos en la cocina. Ahora, cuando disponemos de tiempo, nos ponemos a elaborar (con todo el gusto del mundo, y sin estrés) alguna que otra receta, como la de hoy.
Este plato es vegetariano, como decía, y además ideal para los fríos días de invierno: un curry tailandés. Se trata de una especie de sopa cuya base líquida suele ser la leche de coco, y que incorpora pasta de curry, verduras, carnes, pescados, tofu... En esta ocasión he usado únicamente vegetales, pasta de curry verde y tofu duro.
La pasta de curry es muy sencilla de encontrar hoy día, y se trata de un producto típico de Tailandia. Hay tres tipos, cada una con su propio sabor y personalidad:
- Curry verde (Gaeg Keowwan): su color proviene de unos chiles picantes verdes y es ideal para platos con carnes suaves o verduras.
- Curry amarillo (Gaeng Karee): es el que más se parece al curry de origen indio que todos conocemos, quizás por el color, y también tiene un punto picante y se suele usar con pollo, arroz y verduras.
- Curry rojo (Gaeng Dang): el color rojo se lo debe a unos chiles secos tailandeses de ese color, y es el mas potente de los tres, lo que lo convierte en la pareja perfecta de las carnes mas fuertes, como el cerdo y el vacuno.
Pasta de curry rojo y verde.
Valores nutricionales de ambos currys.
Para esta receta, usaremos pasta de curry verde.
Ingredientes (para 3-4 personas):
- 1 Lata de Leche de coco (400 ml. aprox.)
- 1 cs Pasta curry verde
- 1 Zanahoria
- 250 gr. Tofu duro
- 150 gr. Brócoli o bímini
- 1 Cebolla pequeña
- 1 Puerro
- 1 cs Azúcar moreno
- 1 cs Salsa de soja fuerte
- Aceite de girasol
- Sal
- Pimienta
Necesitamos un wok para la elaboración de este curry, pero en el caso de que no dispongas de uno, utiliza una sartén de buen tamaño.
Lo primero es trocear la cebolla muy fina, la zanahoria en rodajas, el puerro a lo largo por la mitad, y luego en trozos, y el bímini o brócoli en trozos no muy grandes.
En este punto quiero aclarar que podéis usar tantas verduras como queráis, no tienen porqué ser las que yo especifico aquí, ya que se trata de un plato que se presta a ello.
Ponemos el wok a fuego fuerte, al máximo, con un chorreón de aceite de girasol. Cuando el aceite empiece a humear, añadimos la cebolla, la zanahoria, el puerro y el bímini o brócoli. Añadimos sal y pimienta y removemos constantemente, hasta que las verduras empiecen a dorarse y cojan color.
En este punto, sacamos las verduras bien escurridas a un bol, y las reservamos para mas adelante.
En el wok, dejamos un mínimo de aceite, y añadimos la leche de coco y aproximadamente 200 ml. de agua, y la pasta de curry verde. Removemos bien para que la pasta se deshaga se mezcle, y dejamos al fuego durante 5 minutos.
Añadimos las verduras que teníamos en el cuenco y el tofu en cuadraditos y removemos bien. Por último, incorporamos la cucharada de soja y la cucharada de azúcar moreno o azúcar de caña o similar.
Dejamos que hierva durante 10 minutos, hasta que al pinchar las verduras veamos que están tiernas. En el momento que esté lista, servir caliente y a disfrutar de un buen curry tailandés.