Algunos problemas que se pueden llegar a dar en el marco del sistema respiratorio pueden ser totalmente inofensivos, pero bastante molestos. Esto es justamente lo que sucede con el hipo. Una persona que tiene hipo no puede desarrollar un discurso normal sin que se interponga un episodio de hipo que lo llevará a interrumpir el fluir de lo que está diciendo. El hipo es un problema de origen respiratorio y muscular. Se trata de una contracción espasmódica que realiza el diafragma en combinación con los músculos intercostales.
Por lo general, el hipo se produce cuando una persona ingiere alimentos muy condimentados, bebidas gaseosas, bebe líquidos muy fríos o atraviesa por una situación de emociones muy intensas (también se presenta en casos de nerviosismo). Si bien el hipo usual no dura más que unos pocos minutos o algunas horas, hay algunas condiciones más graves que requieren consulta médica (son aquellas en las que el hipo no se retira incluso después de un mes).
Un remedio bastante efectivo para cortar el hipo en el acto es ingerir una cucharada pequeña de azúcar (sin acompañarla por ningún líquido). También se puede tragar un poco de hielo molido (o en su defecto frotar un poco de hielo sobre la zona del cuello que corresponde a la nuez de Adán). Las infusiones que se preparan a base de menta y de melisa también poseen efectos beneficios para aquellos que buscan cortar con el hipo en poco tiempo. La estimulación del sentido del olfato también puede ser muy útil en los casos de hipo más resistentes a la cura (se recomienda inhalar un poco de alcohol blanco. Para ello hay que empapar un paño limpio). Muchos casos de hipo, por lo demás, se curan de forma inmediata al realizar apneas (contenciones de respiración) de 20 ó 30 segundos.