Revista Decoración
Con un murete.Hace de separación entre el recibidor y la escalera. Su tono gris le da un aire actual y sus franjas en horizontal "ensanchan" la entrada. El equipo de Mercader de Venecia lo ha acompañado de un aparador original chino y una butaca de herencia que crean un conjunto equilibrado sobre el fondo gris.2 / 8Clásico y lleno de luz.Así es la entrada de la casa de la decoradora Isabel Flores. En un espacio de apenas 90 cm de ancho ha creado un rincón muy acogedor con una cómoda, de estilo clásico, de Oficios de Ayer y un espejo envejecido de Galería Robles. Su reflejo acerca la luz natural y las vistas del ventanal.3 / 8Paredes con vida.Lo bueno del papel pintado es que decora sin restar espacio. En este recibidor mini la decoradora Clara Valls ha elegido un diseño que imita las lamas de madera (de Sacum) y llena de calidez la entrada. Lo ha combinado con una ligera consola, en los mismos tonos, un baúl de fibras y un espejo.4 / 8Con un gran aparador.Decora por sí solo el recibidor y sirve de desahogo para otras estancias de la casa. Sus cajones son perfectos para lo pequeño (cartas, llaves...) y su parte acristalada puede guardar complementos, libros... Se completa con un espejo proporcional a su tamaño. Ambos de Cottage Little House.5 / 8Abierto y aprovechado.Pequeño, sí, pero con mucho espacio para guardar. Así es este recibidor decorado por Roger Bellera. ¿El secreto de su éxito? Abrirse al resto de la casa con puertas correderas y aprovechar cada rincón. A un lado tiene una zona de armarios y, en paralelo, un colgador y un baúl para sentarse y guardar.6 / 8Un rincón para relajarse.La decoradora Meritxell Ribé ha aprovechado un recoveco en la entrada para crear una mini zona de estar. El sofá es un diván retapizado, la lámpara se ha empotrado en la pared para no ocupar y se ha elegido una ligera consola como superficie de apoyo. La alfombra enmarca el espacio y le da calidez.7 / 8En blanco y azul.Este recibidor abierto al salón por unas correderas mantiene su personalidad con elementos como el suelo de piedra o la alfombra azul, de Pardo. Para guardar cuenta con una consola con cajones, ligera y en blanco, y una balda inferior que se organiza con cestos. Es un proyecto de Belén Serrats.