Desde que recibí mi agenda 2011 como regalo, me propuse compartir en mi blog (bueno en mis dos blogs) algunas buenas ideas que la acompañan, en sí casi todas orientadas en la onda ecológica y del bienestar. En este sentido, me permito responsablemente parafrasear uno de sus textos titulado Reciclando Emociones, espero que les agraden los comentarios que hago a partir de esta motivante lectura.
Voy a empezar por tomar varios términos que aparecen en las definiciones que tiene la palabra Reciclar. Y es que cuando la buscamos siempre nos encontraremos con expresiones como transformar, modificar, volver a utilizar, tratar, procesar, convertir, adecuar, reincorporar, reaprovechar, entre otros.
Si llevamos estas palabras al plano emocional, nos daremos cuenta que “todos tenemos la capacidad de transformar nuestras emociones”, convertir los pensamientos negativos en aspectos nutritivos que “alimenten nuestra alma y reciclen toda sensación de malestar en acciones liberadoras”.
Por ello, tomar como iniciativa el reconocimiento de nuestras emociones y asumir conciencia de las mismas, nos permitirá aprender a reaprovechar algunas oportunidades que parecían perdidas, adecuar una forma de pensar inapropiada, modificar algunos hábitos no tan saludables, reincorporar nuevas experiencias a la vida, en fin, volver a utilizar lo ya aprendido pero ahora con una actitud un poco más positiva.
Además, si alcanzamos “emociones que nos hacen sentir bien, vamos a expresarlas y compartirlas”, quien sabe sí con nuestra iniciativa ayudemos a otros a reciclar sus emociones.