Revista Opinión

Reciclarte: El culo más lindo del mundo

Publicado el 23 octubre 2019 por Carlosgu82

Hace unos años escribí un relato en forma de crítica donde saque a pasear mi parte más chabacana. Lo titule «El culo más lindo del mundo» para llegar a la conclusión de que por cuestiones naturales nuestro funcionamiento sociocultural es tan práctico como teórico. Los números fueron los esperados: este relato fue de los más vistos de todos, por una cuestión obvia.

Los dejo con el mismo.

Todos los días entre las 23h de un hoy y las 06h de un mañana duermo con el culo más lindo del mundo. Yo personalmente le digo trasero pero en este relato he de vulgarizar la definición por una cuestión popular. El culo más lindo del mundo pertenece a la muchacha más linda del mundo, y esta muchacha sostiene de forma irrefutable la teoría de estar enamorada de mí. Entonces: la muchacha más linda del mundo con el culo más lindo del mundo me ama, o al menos eso dice. Y yo le creo, porque creo firmemente cada palabra que emite. No hay nada que no sea cierto en su vocablo salvo si dijera que no tiene el culo más lindo del mundo. Le creo porque sí, porque desde el primer día que me sonrió y hasta el fin de la raza humana mi alma se hace pis cada vez que la veo, que la olfateo o que compartimos el mismo espacio. Mi alma se mea inexorablemente sin vergüenza ni miedos a que la llamen la meona, la pisiyuda.
Saber que duermo con el culo más lindo del mundo es contrapuntístico en un plano físico-emocional. Quisiera no dormirme nunca para admirarlo lo que dura la noche y regalarle las prosas más lindas, las melodías más dulces. Quisiera mecerlo en un marsupio hecho de sabanas y llevarlo a recorrer el mundo. Lamento mucho que el resto de los mortales no tenga la suerte que llevo a diario. Pero por alguna razón me llegó el turno y después de tantos años de un silencio de tumba cada vez que me duermo, alrededor de la media noche, y me despierto en la primera luz del día soy consciente del acontecimiento y me digo: cabron, dormís con el culo más lindo del mundo.

Hace ya más de tres años que la muchacha y su culo irrumpieron en mis días y unos 48 meses que forma parte de ellos ininterrumpidamente. Pero este dato, el de dormir con el culo más lindo del mundo, me cae recién hoy como un presagio.

Por suerte decidí pasar el resto de mis días con la muchacha una noche en la que en un descuido su ideología me besó sin prejuicios ni ataduras y su sonrisa, la que hace que el alma se orine hasta los pieses, me hizo entender el porqué de mi existencia. Se me hace pis el alma al pensar que la muchacha y su culo van a envejecer cerquita mío. Y voy a amar y desear como una suerte de simbiosis a la anciana más hermosa, valiente y compañera del jodido mundo con el culo anciano más hermoso del jodido mundo. Así va a ser señores, acá es donde me juego la muerte.

Los culos no piensan, no votan, no escuchan música ni leen libros. A veces solo son culos y sirven para vidriera. Cada vez que pasa un culo que merece ser observado busco insistentemente a un masculino para ver su reacción. Me gusta ver las reacciones de las personas ante un culo increíble. Y pienso: ojala ese culo sea el culo más lindo del mundo para alguien y que ese alguien tenga la suerte que tengo yo, pero sin antes no haberse baboseado y cachondeado con un pensamiento, una palabra, una ideología de una muchacha hermosa por su alma noble y sensible. Porque dejenme asegurarles señores y señoras que vale mas un abrazo de simiento y un cariñito calientito como el mate en la mañana que un culo tan increible como huerfano de novedades literarias e ideologicas.

Quizá sea más necesario para el alma que se orina  la sabiduria de una palabra exacta a la incertidumbre de una figuración equivoca y el candil de las luces de la publicidad. Quizá necesitemos algo que trascienda entre lo estaría y está más allá que un culo de vidriera.


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