Revista Cultura y Ocio

Recintos militares romanos (I)

Publicado el 23 mayo 2016 por Debarbasyboinas @DeBarbasYBoinas
Roman_camp_Aquis_Querquennis,_Baños_de_Bande,_Ourense,_Galicia-4Aquis Querquennis, foto de Iago Pillado

El estudio de los campamentos romanos es muy importante debido a la intensidad con la que se llevó a cabo la ocupación de Hispania. Las campañas militares se suceden desde finales del siglo III a.C. (Escipiones) hasta la época de Augusto con las llamadas guerras cántabras.

En cuanto al número de campamentos romanos en España que conocemos hay 30 campamentos, no son muchos si los comparamos con otras partes del Imperio como el caso del llamado Limes Germano, pero sin embargo, son muy importantes, ya que se encuentran campamentos desde el siglo III a.C.

Existen, por ejemplo, los campamentos de los Escipiones en Almenara hasta la caída del imperio romano (finales del siglo IV d.C.). De estos 30 campamentos, 3 son de Galicia: Lucus Augusta (actual ciudad de Lugo), Aquis Querquensis (Baños de Bande, Ourense) y Cidadela (Sobrado dos Monxes, A Coruña).

El emplazamiento de los campamentos romanos tiene unos rasgos comunes. Una de las características comunes es la proximidad a fuentes o caudales de agua (ríos, lagos,…), debido al consumo, y con frecuencia, en confluencias de ríos. Proximidad a vías y pasos naturales, hay por ejemplo, el caso del campamento de Petavonion (Zamora), que lo cruza una vía romana. Nunca se establecen en grandes ciudades.

Los campamentos de campaña (de conquista) se sitúan en lugares elevados por razones de estrategia. En cambio, los campamentos permanentes (parte es la conquista), se sitúan en valles bien comunicados.

La planta: los campamentos anteriores al siglo I a.C., son de plantas irregulares y a partir del siglo I a.C., las plantas de los campamentos acostumbran a ser rectangulares con esquinas redondeadas.

Dimensiones: generalmente un campamento legionario acostumbraba a tener en torno a 20 hectáreas. Un campamento de tropas miliarias (1000 hombres), acostumbraba a tener en torno a 4 hectáreas. Campamento de cohorte (500 hombres), 2 hectáreas.

Sistema defensivo: las primeras defensas de los campamentos, generalmente consisten en un foso, un espacio plano (Berma) y un muro con una empalizada de madera llamada vallum. Con el paso del tiempo se construyen ya murallas de piedra.

Los fosos pueden ser de dos tipos: fossa fastigata (en forma de v) y fossa púnica (en forma de v con el palo izquierdo recto). Existe variedad en el número de fosos, generalmente solo hay uno, aunque también puede haber más de uno, en caso de ser un único foso, acostumbra a ser más grande que si hay varios (los más anchos podían ser de 5 metros, y la profundidad era muy variable). La distancia entre el foso y el vallum al principio, era de entre 25-30 metros (calculado por la distancia de la jabalina).

A veces en los fosos se colocaban obstáculos, que reciben nombres latinos como, por ejemplo, los cippi, estacas ramosas entrelazadas, los cervi, llamados así porque son como ramas de árboles que recuerdan los cuernos de los ciervos, los lilia, son agujeros con obstáculos (con estacas o piedras agudizadas), los stili, son agujeros. Con el paso del tiempo, se construyen muros con piedra, hedas con piedras, con paramentos variados, con murallas de anchuras y alturas diferentes. A las murallas se acostumbraba a acceder por escaleras o mediante rampas, pueden ser de piedra o madera.

Había torres, acostumbraban a ser de planta rectangular y acostumbraban a proyectarse hacia el interior a partir del II d.C. (no sobresale al exterior). Hay campamentos en los que las torres pueden ser ya de planta circular y se proyectan al exterior debido al influjo de las murallas defensivas. Las torres se distribuyen a lo largo de las murallas, no hay zona de distancia, se colocan simétricamente, se colocan torres también a los ángulos, se colocan flanqueando las 4 puertas del campamento

Simón de Eiré


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