Revista Opinión
RECOGED ESTA VOZ (De Vientos del Pueblo) Miguel Hernández
Publicado el 01 febrero 2014 por Paco Arenas @voz_republicaMiguel Hernández se le ha llamado, no sin razón, el poeta del pueblo, asombro al mismo Neruda con su sencillez, pero también asombro y sigue asombrando este pastor de cabras que supo crear una parte de los mejores versos escritos en castellano. Desde su Orihuela natal llego a Madrid, asombrando al mismísimo Pablo Neruda, que le dedicó en sus memorias, "Confieso que he vivido" unas entrañables páginas. RECOGED ESTA VOZ (De Vientos del Pueblo) Miguel HernándezNaciones de la tierra, patrias del mar, hermanosdel mundo y de la nada:habitantes perdidos y lejanos,más que del corazón, de la mirada.
Aquí tengo una voz enardecida,aquí tengo una vida combatida y airada,aquí tengo un rumor , aquí tengo una vida.Abierto estoy, mirad, como una herida.
Hundido estoy, mirad, estoy hundidoen medio de mi pueblo y de sus males.Herido voy, herido y malherido,sangrando por trincheras y hospitales.
Hombres , mundos, naciones,atended, escuchad mi sangrante sonido,recoged mis latidos de quebrantoen vuestros espaciosos corazones,porque yo empuño el alma cuando canto.
Cantando me defiendoy defiendo mi pueblo cuando en mi pueblo imprimensu herradura de pólvora y estruendolos bárbaros del crimen.Esta es su obra, esta:pasan , arrasan como torbellinos,y son ante su cólera funestaarmas los horizontes y muertes los caminos.
El llanto que por valles y balcones se vierte,en las piedras diluvia y en piedras trabaja,y no hay espacio para tanta muerte,y no hay madera para tanta caja.Caravanas de cuerpos abatidos.
Todos vendajes, penas y pañuelos:todo camillas donde a los heridosse les quiebran las fuerzas y los vuelos.Sangre, sangre por árboles y suelos,sangre por aguas, sangre por paredes,y un temor de que España se desplomedel peso de la sangre que moja entre sus redeshasta el pan que se come.Recoged este viento,naciones, hombres, mundosque parte de las bocas de conmovido alientoy de los hospitales moribundos.
Aplicad las orejasa mi clamor de pueblo atropellado,al ¡ay! de tantas madres, a las quejasde tanto ser luciente que el luto ha devorado.Los pechos que empujaban y herían las montañas,vedlos desfallecidos sin leche ni hermosura,y ved las blancas novias y las negras pestañascaídas y sumidas en una siesta oscura.
Aplicad la pasión de las entrañasa este pueblo que muere con un gesto invenciblesembrados por los labios y la frente,bajo los implacables aeroplanosque arrebatan terrible,terrible, ignominiosa, diariamente,a las madres los hijos de las manos.
Ciudades de trabajo y de inocencia,juventudes que brotan de la encina,troncos de bronce, cuerpos de potenciayacen precipitados en la ruina.Un porvenir de polvo se avecina,se avecina un sucesoen que no quedará ninguna cosa:ni piedra sobre piedra ni hueso sobre hueso.
España no es España, que es una inmensa fosa,que es un gran cementerio rojo y bombardeado:los bárbaros la quieren de este modo.Será la tierra un denso corazón desolado,si vosotros, naciones, hombres, mundos,con mi pueblo del todoy vuestro pueblo encima del costado,no quebráis los colmillos iracundos.
IIPero no lo será: que un mar pifiante,triunfante siempre, siempre decidido,hecho por la luz, para la hazaña,agita su cabeza de rebelde diamante,bate su pie calzado en el sonidopor todos los cadáveres de España.
Es una juventud: recoged este viento.Su sangre es el cristal que no se empaña,su sombrero el laurel y el pedernal su aliento.
Donde clava la fuerza de sus dientesbrota un volcán de diáfanas espadas,y sus hombros batientes,y sus talones guían llamaradas.Esta compuesta de hombres del trabajode herreros rojos, de albos albañiles,de yunteros con rostro de cosechas.Oceánicamente transcurren por debajode un fragor de sirenas y herramientas fabrilesy de gigantes arcos alumbrados con flechas.
A pesar de la muerte, estos varonescon metal y relámpagos igual que los escudos,hacen retroceder a los cañonesacobardados, temblorosos, mudos.El polvo no los puede y hacen del polvo fuego,savia, explosión, verdura repentina:con su poder de abril apasionadoprecipitan el alma del espliego,el parto de la mina,el fértil movimiento del arado.Ellos harán de cada ruina un prado,de cada pena un fruto de alegría,de España un firmamento de hermosura.
Vedlos agigantar el mediodía,y hermosearlo todo con su joven bravura.Se merecen la espuma de los truenos,se merecen la vida y el olor del olivo,los españoles amplios y serenosque mueven la mirada como un pájaro altivo.Naciones, hombres, mundos, esto escribo:la juventud de España saldrá de las trincherasde pie, invencible como la semilla,pues tiene un alma llena de banderasque jamás se somete ni arrodilla.
Allí van por los yermos de Castillalos cuerpos que parecen potros batalladores,toros de victorioso desenlace,diciéndose en su sangre de generosas floresque morir es la cosa más grande que se hace.
Quedaran en el tiempo vencedores,siempre de sol y majestad cubiertos,los guerreros de huesos tan gallardosque si son muertos son gallardos muertos:la juventud que a España salvara aunque tuvieraque combatir con un fusil de nardosy una espada de cera.
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