Ambientada en una futuro no muy lejano, en la que la mayor parte de los niños son concebidos in vitro y con técnicas de selección genética. Vincent (Ethan Hawke) es uno de los últimos niños concebidos de modo natural, pero nace con una deficiencia cardíaca y no le auguran más de treinta años de vida. Se le considera un inválido y, como tal, está condenado a realizar los trabajos más desagradables. Su hermano Anton, en cambio, ha recibido una espléndida herencia genética que le garantiza múltiples oportunidades. Desde niño, Vincent sueña con ir al espacio, pero sabe que, dada su condición de inválido, nunca será seleccionado. Durante años ejerce toda clase de trabajos hasta que un día conoce a un hombre que le proporciona una manera de formar parte de la élite: adoptar la identidad de Jerome (Jude Law), un deportista que se quedó paralítico por culpa de un accidente. De este modo, Vincent ingresa en la Corporación Gattaca, una industria aeroespacial, que lo selecciona para realizar una misión en Titán. Pero no todo es tan fácil como parece.
Gattaca es una historia de superación y lucha contra el destino de un ser que en principio es inferior al resto de la sociedad. Cuantas veces habremos oído esta historia, en los deportes, en la televisión, etc. Aquí el director nos pone además un tema ético: la modificación genética para crear seres humanos más perfectos. Donde la fecundación se hace in-vitro eliminando todo tipo de posibles enfermedades crónicas o probabilidades de sufrir cualquier problema de salud... Donde se busca la perfección absoluta. Pero algunos humanos siguen naciendo de forma natural... Y por este motivo se les margina, son inferiores a los in-vitro, ya que no son perfectos, el simple hecho de tener miopía o calvicie les impide realizar ciertos trabajos de mayor importancia. A pesar de eso, Vincent no renuncia a su sueño gracias a un momento de su vida en que logra ganar a una carrera a nado a su hermano genéticamente perfecto. Esto le da fuerzas para creerse que él también puede lograrlo. Solo necesita que lo consideren un válido, por eso se hará pasar por Jerome. Pero no es tan fácil suplantar su identidad, tendrá que ir con cuidado de no dejar rastros como piel muerta o cabellos ya que en este futuro nuestro ADN es el DNI de la persona -que juego de palabras-. Pero Vincent es un chico listo y siempre se salva –a veces todo pasa demasiado bien- y da la sensación de que esta todo programado. La estética es muy bonita, lejos de parecerse a otros films futuristas como Minority Report aquí es más retrofuturistas. Los detectives parecen de los años 30, los sistemas informáticos una mezcla de pasado y presente y con un tono amarillento en toda las escenas le dan una visión muy utópica de la realidad.
En definitiva un film increíble de los que te hacen pensar sobre temas morales –perfecto para una clase de ética- con un guión muy bien elaborado y una gran banda sonora ponen la guinda a este film bastante original y adelantado a su tiempo.
Valoración: 5/5