Si nos remontamos a tiempos antiguos, para proteger sus pies del frío y de las heridas que les provocaba el hielo, los cavernícolas usando su instinto de preservación tomaron pieles de animales y se las amarraron a sus pies. Es así como empieza el uso de los zapatos.
En épocas actuales, el uso del cazado ha ido cambiado su función; antes se usaban para proteger, dar confort, seguridad y estabilidad, hoy en día frecuentemente se valora más lo estético, sin tomar en cuenta los terribles problemas que puede ocasionar los zapatos en punta, zapatos demasiados desplazados, tacos altos o muy chatos. Es cierto, todos queremos lucir bien, nos enamoramos de esos zapatos que vemos en las vitrinas y revistas y frecuentemente pensamos “si a ellos les quedan bien, ¿por qué a mí no?” Pero pocas veces pensamos que en contra de nuestra salud y bienestar podemos adquirir diferentes problemas en nuestros pies. Los pies de una persona son únicos, “como una huella digital” y pueden revelar la actividad física de la persona, la situación económica, la educación, su profesión, la calidad de su cuidado y hasta algunos de los antecedentes médicos. Los pies son el sostén de la humanidad.
En el caso de los adultos mayores, a veces, los problemas de los pies suelen ser tolerados por años y erróneamente aceptados como “normales para la edad” impactando su la salud física, social y psicológica así como en la capacidad de valerse por sí mismos. En esta etapa de la vida el cuidado de los pies y la calidad del calzado es fundamental en el camino a una longevidad exitosa.
Algunos ejemplos de los problemas que se pueden originar por inadecuados:
- Juanetes (Hallux Valgus)
- Uñeros (Onicocriptosis)
- Helomas (callos)
- Dolor en la parte anterior del pie zona plantar (Metatarsalgia)
- Dedos en garra
- Problemas ortopédicos.
- Mala circulación.
- Calambres.
- Caídas.
- Dolor.
- Fracturas.
Es muy importante tener en cuenta estas recomendaciones al elegir nuestro próximo par de zapatos:
- Los zapatos deben adaptarse a la forma del pie. Busque su talla.
- Deben ser livianos para evitar la fatiga.
- Tienen que brindar estabilidad y flexibilidad.
- Deben de servir de protección.
- No deben tener costuras internas.
- Deben de contar con una buena amortiguación.
- Deben de tener una adecuada profundidad.
- No deben de tener ninguna corrección ortopédica. (Salvo indicación médica)
- Deben de comprarse al término del día.
- El cazado deportivo debe estar acorde al deporte que realice.
- Las sandalias deben tener agarre en la parte de atrás.
- Es recomendable cambiar los zapatos 2 a 3 veces por semana para cambiar las zonas de presión y fricción en el pie.
Podóloga de Bamboo Senior Health Services
Aló Bamboo: 2722500