Desde Madresfera nos lanzan una petición sobre el tema comiquero infantil. Es una cuestión recurrente y bastante habitual, que a muchas y muchos con peques muy pequeños os llega a veces en un momento dado, así que voy a aprovechar a recoger ese guante y tratar de dejaros por aquí unas pequeñas pinceladas muy básicas al respecto.
La cuestión, a grandes rasgos, sería la siguiente: cómo empezar con la introducción a los cómics para niños y niñas DE EDADES A PARTIR DE 3 Y 4 AÑOS. O lo que es lo mismo, cómics para los y las más peques de la casa: ¿Qué hacer? ¿Cómo hacerlo? ¿Por dónde empezar? ¿Ayudas? ¿Recomendaciones? ¿Títulos? Es decir, unas mínimas pautas básicas y consejos sencillos para empezar a meter a los críos en este mundillo tan apasionante, de la manera más natural posible.
Para ello, ni corto ni perezoso, he recopilado un breve y básico DECÁLOGO con algunas de las cosas más sencillas que podéis aplicar en casa, para que las tengáis en cuenta. Por cierto, spoiler alert: ya estáis haciendo la gran mayoría de estas cosas, y las estáis haciendo BIEN.
¿Vamos al turrón, entonces, si os parece…?
#1 – OTRA PROPUESTA MÁS
En realidad, la introducción de los cómics a los más peques es muy sencilla. Porque ¡…ohhh, sorpresa! ¡Es simplemente una evolución de lo que los padres y madres ya venís haciendo con los críos con la lectura de cuentos y álbumes ilustrados desde que son poco más que bebés! ¡Es exactamente lo mismo!
La frontera, en esencia, entre un cuento o un álbum ilustrado y un cómic es tan fina, que empezar a integrar los tebeos en casa puede hacerse casi sin querer y de forma muy natural si ya tenéis integrada la rutina de los cuentos.
La mejor forma de ejemplificar esto, para este arco de edad tan temprana, podrían ser perfectamente lo que yo he dado en llamar los “híbridos” (sí, soy así de rarito), que no son sino obras que presentan una estructura clásica de un libro ilustrado, pero en la que a la vez meten escenas con personajes que hablan y dialogan o bien en primera persona con su línea de texto propia de diálogo, o bien directamente a través de bocadillos, que ese sí es ya un recurso gráfico 100% propio y reconocible del cómic.
Además, otra característica muy común en estos híbridos es la de la secuenciación y el ritmo narrativo. A veces incluso tienen también viñetas intrínsecas en su estructura. Por todo ello, son obras que tienen un espíritu muy claro de cómic, por mucho que presenten un aspecto tradicionalmente más asociado a un libro ilustrado.
Algunos ejemplos modernos de esta tipología, considero que pueden ser obras como:
- Jasmine (Nuevo Nueve)
- ¿Y si…? (Astronave)
- Ana Ana: Noche de Paz (Kodomo)
- Es hora de dormir, Batman (Kodomo)
- El lobo en calzoncillos #1 (Astronave)
Como ejemplo de una colección cuya línea editorial lleva esta filosofía y va justamente por estos mismos derroteros, sería la Colección Mamut & Wistiti, del sello Mamut Cómics de Bang ediciones.
Un detalle interesante añadido a este respecto también, es que para los niños, todo es un “libro”. Ellos y ellas no diferencian entre cómic y libro narrativo. No tienen ese sesgo tipológico, o de formatos, o de lo que sea que le damos nosotros los adultos, con tanto clasificar, etiquetar y empaquetar las cosas. (Mi hija, que tiene ya casi 10 años, le da igual si coge un ‘Manolito Gafotas’ o un cómic de las ‘DC SuperHero Girls’. Para ella, todo son libros. Y todo es lectura.)
Con todo esto quiero decir: no hay que hacer nada especialmente raro, ni novedoso, ni complicado, para arrancarse a leer cómics en casa, si ya venís leyendo habitualmente cuentos o libros ilustrados con vuestros peques. Fuera miedos. Abracemos la viñeta.
#2 – PUENTE
Ya lo sabemos, pero recalcar que el cómic es un medio literario, narrativo, comunicativo, artístico, de entretenimiento y de expresión totalmente válido, digno, disfrutable, reconocido e independiente per se, y como suele decirse …con todas sus letras, nunca está de más.
Y pienso que, al mismo tiempo, la potencia, eficacia y atractivo que el cómic es capaz de desplegar gracias a esta manera tan particular de aunar e integrar imagen y texto de manera secuencial, me lleva a considerar al cómic además como un puente perfecto entre ese mundo del álbum ilustrado (que suele corresponder con la primera experiencia literaria de los peques, y por tanto por donde empiezan a generar su primera relación con el ámbito de la lectura), y el libro de narrativa propiamente dicho, que será la experiencia literaria a la que habrán de asomarse cuando lleguen en años posteriores a una ya cierta edad escolar y una cierta madurez lectora ya adquirida.
Abracemos pues a los cómics también como vehículo de enganche hacia la lectura. Son una opción fantástica.
#3 – LECTURA ACOMPAÑADA
Otro que ya sabéis. Lo primero y más importante que hay que tener en cuenta a la hora de introducir un cómic en casa a esta edad, es lo mismo que para cualquier otro libro. Y es: acompañar siempre en la lectura.
Parece una perogrullada, y ciertamente, lo es, porque en esta edad tan temprana, todavía NO saben leer, así que el hecho y la acción de leer, es algo que tenemos que ofrecer y hacer nosotros, estando con ellos y participando de manera activa en la acción de leerles.
Hay que elegir el momento bueno (antes de dormir, o antes de la siesta, o previo a algo importante que vaya a hacerse, para intentar que se relajen… Lo que sea), agarrar a nuestros peques, decidir qué se va a leer (mejor si lo deciden ellos), abrir ese cómic, y ponernos a la faena. Leérselo NOSOTROS. Es lo que nos toca. Ese pequeño momento familiar.
Esto como veis, tampoco cambia respecto a leer un libro ilustrado o cualquier cuento de los que ya tenéis por casa.
#4 – CARGA NARRATIVA
Entramos en harina con el tema de la cantidad: de texto, de imágenes, de viñetas, etc.
Bien. Aquí podríamos decir que hay un poco para todos los gustos, también. Hoy en día, por suerte, hay cada vez más variedad dentro del mundillo editorial del cómic infantil, y mayor conciencia del target lector, con lo que podemos encontrarnos cosas muy concretas.
Entre ellas, y por un lado, estarían los cómics destinados a prelectores, que presentan una ausencia total de texto o de diálogos. Son tebeos sin palabras, en los que únicamente con la imagen se genera toda la narrativa necesaria para contar la historia. Estos cómics tienen la ventaja de facilitar el hecho de que una vez realizada la primera lectura acompañada, el o la peque puedan volver a cogerlos y asomarse a ellos, sin el dilema de toparse con un texto que no va a ser capaces de leer. Les ofrece, por así decirlo, una mayor independencia de buenas a primeras, y por lo tanto van favoreciendo su futura autonomía.
Algunos ejemplos de este tipo de cómics, serían obras como:
- Nicoleta y el misterio del colmillo (Sallybooks)
- Nuc y el kit mágico (Kodomo)
- Ofelia, ¡A comer! (Mamut Cómics)
- No es pan comido (Astronave)
- Ollie y Flip (Kodomo)
- Pequeño Peludo (Editorial Base)
Aquí, de nuevo quiero reconocer la gran labor y apuesta que sellos editoriales como Mamut, están haciendo por elaborar catálogo de esta tipología de cómics, con una línea entera dedicada a ellos.
Y por otro lado, tenemos también cómics con páginas que sí tienen texto. Y, por supuesto, también sirven. Yo no creo que haya una norma fija en ese sentido, porque al fin y al cabo, ¡oh, adulto!, eres tú quien en verdad estará leyendo ese cómic. Efectivamente, igual no favorece tanto ese punto de autonomía que mencionábamos antes, a esta edad, pero no lo veo un impedimento como para no poder optar ya a estos cómics con algo de texto, en absoluto.
De nuevo, recordad algo y comparad: los libros y cuentos ilustrados que les lleváis leyendo desde que eran bebés, también tienen texto. Y no pasa nada. No supone ningún problema.
Al fin y al cabo, la lectura no es ni mucho menos una cosa estanca y encorsetada a un «año» concreto. El cómic o colección de cómics que tengas por casa para que lean con cuatro años, igualmente les servirá y seguirá gustando cuando cumplan cinco, y cuando cumplan seis, o siete. Y ahí ya tendrán la posibilidad de enfrentarse ellos mismos a un proceso en el que sus lecturas sí incluyan texto. Cada niño y cada niña tendrá su ritmo concreto y su nivel propio en lectoescritura, y no ha de ser forzosamente como el del vecino o la prima adelantada. Tranquis con esto, pues. Cero prisa y cero presión.
#5 – CONTENIDO
Respecto al contenido en sí, son muy interesantes para esta edad los cómics que no tengan una narrativa larga. Capítulos cortitos. Historias pequeñitas y autoconclusivas.
No es que el tener una narrativa larga sea excluyente ni mucho menos, pero una estructura de algo que empieza y acaba en la misma página, o doble página, por ejemplo, suele ser un acierto, porque favorece el que puedas cortar la narración por donde quieras y cuando quieras, sin que sea un drama.
Igualmente puede establecerse un periodo estipulado de lectura, que en lugar de tiempo sea por páginas, por ejemplo (-«Hoy vamos a leer solamente tres páginas y ya, cariño…»- en lugar de -«Hoy vamos a leer solamente cinco minutos y ya, cariño…»-) y sin arriesgarte a cortar la narración por algún punto especialmente candente. Algo con el espíritu de las clásicas tiras de prensa, se acercaría mucho a esto. Y por supuesto, también se les hace menos pesado.
Algunos ejemplos* de este tipo de cómics, muy disfrutables, serían obras como:
- Todo Dinokid (Astronave)
- AVNI (Astiberri)
* (Pese a que ambas colecciones están catalogadas en sus respectivas editoriales como «a partir de 6 años», considero que ambas son igualmente muy disfrutables desde una edad inferior, y son de una tipología perfecta para ilustrar lo que me refiero).
Es igual con el tema del número de viñetas o ilustraciones por página. Nuestros peques lo que quieren es beberse todo lo que ocurre en la página con su mirada inquisitiva, y a la vez, mirarte a ti mientras te escuchan sacar esa historia de lo que está pasando allí delante.
Evidentemente, todo tiene su adaptación, pero hay muchas tipologías. No hay aquí tampoco una regla matemática de oro, pero sí las clásicas recomendaciones: ¿mucho texto aturulla? Pues sí. Por lo tanto, mejor si tiene bocadillos sencillos con pocas palabras y frases muy cortas. ¿Mucha información visual a la vez aturulla? También. Así que mejor si son viñetas grandes, y pocas. Dos, tres, cuatro por página, está muy bien. Y una limpieza de trazo, con composiciones claras y sencillas en el dibujo, también ayuda, por supuesto.
Ya por el simple mero hecho de que contienen texto, muchas editoriales pueden verse en la tesitura de colocar ciertas lecturas en un arco de «a partir de 6 años», pero considero que hay muchísimos buenos ejemplos de obras que, haciendo una lectura acompañada, también pueden ser perfectamente válidas y muy disfrutables para edades todavía más tempranas.
Algunos ejemplos de títulos chulos y modernos que podrían adaptarse a estas premisas, y que están muy bien para que los tengáis en el radar, según vayáis viendo cómo evolucionan vuestros peques, serían obras como:
- El Club de los Amigos
- Marcopola, la isla remera
- Buenos días, Planeta
- Las ardillas
nocomen rosquillas - Arlo y Pips: El Rey de los pájaros
- Burbuja y Bombín, y los piratas furiosos
- Narval, unicornio marino
- ¿Estás listo, Ratoncito?
#6 – ¡ACTÚA!
Interpretar. Mucho. Exagerar. Es lo más importante para captar su atención y hacer que les guste. El objetivo principal y vital es hacer que les resulte divertido. Es lo más importante de todo este tinglado. El recuerdo de este momento divertido es lo que va a generar en ellos el deseo de querer volver ahí de nuevo, de pedir repetir la experiencia una y otra vez.
Por lo tanto, interpretar y echarle un poco de teatrillo a la lectura, me parece vital para lograr este propósito. Metedle drama y acción a la cosa. La diferencia entre que al acabar la lectura se queden un poco tal cual bueno, vale, a que el momento acabe con los ojos como platos y una sonrisa de oreja a oreja, no está tanto en el propio texto sino en lo que nos curremos la narración. Cambiar las voces o entonar diferente si es posible y hay distintos personajes… Hacerles partícipes cuando la narración lo permita… No se trata de ser Mel Blanc, pero sí sería lo suyo darle cierta chispa a la lectura. En cómics sin texto es vital echarle retórica a la página y hacerles partícipes, para que no sea una lectura simplona y que pase volando: recordemos que el que sea una actividad en familia y acompañada es lo que les mola.
#7 – EL SENTIDO DE LA LECTURA
Importante, ir marcándoles no el ritmo, sino el sentido de lectura con el dedo y con la voz. Ir apuntando y acompañando con el dedito por la viñeta por la que va la narración.
El funcionamiento interno de un cómic se basa en eso, en un seguimiento visual en donde tú vas pasando de una viñeta a otra. Una viñeta sigue a la otra en la acción, y así es como suele leerse un cómic. No tiene nada que ver con un libro de narrativa en el que solamente hay un texto que lees de corrido, o un dibujo a toda página que acompaña y representa a un párrafo, en el caso de un libro ilustrado.
El cómic tiene su narrativa propia, con sus propias reglas. Mucha paciencia en esto, porque los peques están acostumbrados a poner sus ojos en cualquier parte al pasar la hoja, y contemplan la doble página abierta y desplegada, como un todo. Es muy habitual verles a veces quedarse mirando la parte inferior derecha de la página siguiente cuando la acabas de pasar, porque es donde acabó la página anterior, y hay que redirigirles la mirada hacia el otro lado del libro. O que se pongan a mirar a todas partes a la vez.
Aquí pueden ir interiorizando poco a poco que nuestro sistema de lectura tanto de texto como de imágenes es de arriba a abajo y de izquierda a derecha.
#8 – BUSCAR EDITORIALES
Mirad en las webs de las editoriales. Conocer tres, o cuatro, o cinco (cuantas más mejor, claro), y mirar en ellas su catálogo en función de la edad. Buenas webs de sellos específicamente de infantil y juvenil como las de Astronave o la ya mencionada Mamut, son de mucha utilidad y ayuda en este sentido para madres y padres primerizos en este ramo, porque tienen la distinción de su catálogo establecida por edades ya desde el propio índex. La gran mayoría de editoriales no lo tienen organizado así, y toca bucear más.
Hay que recordar también que el tema de la edad es siempre orientativo, pero al menos es un punto de partida desde el que empezar a explorar: vosotres sois quienes conocéis mejor a vuestros y vuestras peques.
Muchas de las grandes y medianas editoriales hoy día se han sumado (o lo harán en breve), al carro del cómic infantil y juvenil. Aprovechadlo.
PUNTO #9 – AYUDAS VISUALES EN PORTADA
Otra ayuda visual buena: algunos sellos editoriales ponen una pequeña pegatina informativa en la portada. Algo que ponga: “Mi primer cómic”, o algo similar. Este tipo de detalle informativo viene bien incluso para cómics dirigidos a mayor edad (+6 años, +9 años, etc), porque diferencian ya de lo que puede ser otro tipo de producto. (Hoy día la línea de diseño de producto respecto a libros ilustrados o narrativa ilustrada por ejemplo, es bastante fina).
En los lineales de las tiendas cada vez hay más surtido, así que con un poco de suerte deberían tener su propio hueco específico también, bien marcado y señalizado, donde podréis asomaros a ver qué se cuece por ahí. Todo ayuda.
De la misma forma, hay editoriales que están directamente organizando colecciones bajo nombres similares. Aquí, otro ejemplo:
https://www.libsa.es/_catalogo/infantil/cuentos-y-libros-didacticos/mi-primer-comic/
PUNTO #10 – PREGUNTAR
Preguntar mucho. En librerías especializadas y en bibliotecas. Siempre. Cada vez hay más catálogo y los profesionales están más puestos en el tema. No os cortéis, porque estos profesionales, libreros y bibliotecarios, estarán encantados de comentaros los títulos y opciones más recomendables y adecuadas a vuestras demandas.
¡Y no olvidéis ir con vuestros y vuestras peques, por favor! Y que miren. Que investiguen. Dadles ese tiempo. Y si el tebeo en cuestión lo pueden elegir ellos o ellas en base a esa búsqueda y esas pesquisas que han hecho, sería ya lo ideal. Será siempre mucho mejor sugerir o guiar, que imponer por decretazo adulto. Y si no se ha acertado con la elección, tampoco es cuestión de tirar la toalla a las primeras de cambio. Eso nos ha pasado a todes, y nos sigue pasando todo el rato. Es cuestión de seguir probando.
Y por supuesto, de la misma manera, bichead en sitios especializados en redes, que cada vez hay más. (¡Como el nuestro, el espacio ¡Y yo con estos cómics! en Madresfera, por ejemplo…! )
Podcast, blogs, cuentas de redes sociales, canales de YouTube… ¡Hay todo un mundo ahí fuera lleno de información!
PUNTO #11 – BOLA EXTRA/BONUS TRACK/REGALITO AÑADIDO/LLÁMALO X
Aplicad cuantos incentivos se os ocurran para fomentar la lectura en casa, porque estamos pensando en el largo plazo, en crear futuros lectores y lectoras. Y que lo sean por voluntad propia; por gusto. Y para toda la vida, a ser posible.
Así que, lo dicho… Que os vean leer. Cómics, y de todo. Importantísimo. Más allá del momento en que leéis con ellos. Pensad en dinámicas, manualidades, etc, relacionadas con lo que leen. Llevadles a cuentacuentos. A ferias del libro. A salones del cómic. Cread grupos de lectura con otros padres y madres de vuestro entorno y aprovechad ya de paso para intercambiar material. Haced un registro visual de todo lo que lee y lo que le gusta (en plan tablero, con fichitas, dibujos, stickers, lo que sea). Cread un espacio o rincón de lectura agradable en casa. Dejad sus lecturas SIEMPRE a mano y en un lugar accesible… Porque nunca se sabe cuándo va a entrarles el gusanillo de querer coger un libro por propia voluntad. Que la lectura sea una parte integrante más del ocio familiar, en esencia.
Es decir, todo esto es el repertorio de animación a la lectura de siempre.
Recordemos: el verdadero objetivo de todo esto es fomentar la lectura, en realidad; no la lectura de cómics, como tal. El cómic en esencia es otro escaparate más. Es una opción más.
Una opción, todo hay que decirlo, llena de maravillosas, coloridas, divertidas, mágicas, poderosas, sorprendentes y entretenidas viñetas. Oro puro para la imaginación y para el alma.
Que no es poco.
PD: este post viene con extra doble de queso y beicon. Por el mismo precio, lo tenéis también en formato podcast en Madresfera. No os quejaréis. ¡Aprovechad la oferta que me lo quitan de las manos, oigaaannn!