Cada día se hace más difícil leer el País. Hace algunos domingos, una página entera sobre los fusilados en los años treinta del siglo pasado en la sierra de Madrid, y otra pagina entera sobre un fusilado en los años treinta del siglo pasado en Galicia. Siempre fusilados de un lado, nunca del otro. Nunca se cuentan los crímenes que pudieron cometer (108 personas reventadas contra un muro), si es que los cometieron. Siempre son buenas personas (el amor contra el odio) fusiladas por el odio de una "derecha cerril, casi gótica" que decía aquel maltratador.
Qué cansino todo ya. Qué cansina esta obsesión necrófila sobre la guerra, esta pornografía que se está cargando el pacto constituyente de paz, piedad y perdón…