Revista Política

Reconducción de la deuda y patapum p'arriba

Por El_situacionista

Reconducción de la deuda y patapum p'arriba

Foto de Jo@net


Llevamos desde 2008 salvando bancos. Son ya 4 años, oigan. Fíjense si hace tiempo que salvamos a los bancos que cuando comenzamos a hacerlo España no había ganado nada, ni Eurocopa, ni Mundial, ni nada. El Barça de Guardiola aún era el Barça de Rijkaard. Rajoy seguía perdiendo elecciones y yo vivía en Zaragoza –hecho éste irrelevante, huelga decirlo.
A cambio de salvar la contabilidad de los bancos no les hemos puesto condición alguna. Ni hemos obligado a que despidan a esos ejecutivos o directores que les llevaron a esta situación, ni hemos limitado su sueldo –hubo un intento del gobierno de Rajoy, pero duró sólo las dos semanas que tardaron los técnicos del BOE en transcribir lo que decían los banqueros por teléfono. Tampoco les hemos intervenido, el Banco de España sólo se los mira con recelo en privado y les saluda efusivamente en público. Tampoco los hemos nacionalizado, ni siquiera los poderes públicos se sientan en sus Consejos de Administración –como sí pasa en los liberales Estados Unidos de Obama. Por último, tampoco les hemos regulado más estrechamente sus movimientos para impedir que vuelvan a equivocarse tan torpemente como en el pasado. Al contrario, lo que hemos hecho es premiarles regalándoles las Cajas, reconvertidas convenientemente en bancos. Adiós a cualquier atisbo de tener una banca pública y una política económica propia.
Pero ni aún así los bancos se salvan. Sus balances contables siguen en caída libre, hasta el punto de que Standard & Poor’s rebaja la confianza hasta la BBB a 11 entidades españolas. Una caída proporcional al número de viviendas vacías que acumulan. La única alternativa que se les ocurre a estos lumbreras que se sientan en los Consejos de Administración consiste en más reconducción general de las deudas a cambio de más inyección de dinero público en sus arcas.
En esencia esta solución sólo consiste en esperar que las cosas mejoren por arte de gracia –que nos rescaten de la crisis las economías de países como Alemania o Francia, que sí que tienen política económica e industrial- y que sea el futuro quien pague nuestras deudas de hoy. Sin embargo la cosa no mejora por muchos rescates camuflados que nos lancen. Entre Octubre de 2011 y Marzo de 2012, además de un cambio de gobierno, ha habido un incremento de casi 600.000 parados más. Las estimaciones más positivas indican que en 2013 llegaremos a los 6 millones de parados. Y con gente en el paro ¿quién compra productos? Y sin ventas ¿cómo pagan las empresas a los bancos? Aquí estábamos en 2008, y aquí seguimos.
La situación es verdaderamente insostenible en el ámbito hipotecario. La legislación española ayuda a ello. Durante la época de bonanza a ningún Gobierno se le ocurrió que era una insensatez que si los bancos estaban tasando ellos mismos los inmuebles hipotecados, la normativa sobre la dación en pago –entregar el piso a cambio de la condonación de la deuda- debería hacer corresponsables a ambas partes –entidad y prestatario. Al que no pagaba se le veía como un aprovechado, un sin vergüenza y cara dura que comprometía la legitimidad prestataria del banco y encarecía los créditos de los demás. Pero he aquí que la crisis ha hecho que estas percepciones se modifiquen.
Rubalcaba ya hablaba de un plan para salvar a “impagadores de buena fe” –misma idea clave: el que no paga es un listo y un sin vergüenza. Y Rajoy decidió aprobar un plan para la dación en pago, pero a su manera.
Esta manera, verbalizada por De Guindos, consiste en estudiar detenidamente qué podemos filetear del cuerpo del deudor. Es decir, sólo se pueden acoger a la dación en pago aquellas familias cuyos miembros no reciban ningún tipo de ingreso o cuya cuota hipotecaria sea mayor del 60% del total de ingresos familiares. Si Ud. está en este caso, sepa que para realizar la dación en pago tampoco debe tener ningún tipo de patrimonio inmobiliario –ni si quiera la 16ª parte del piso de su abuela. Y por supuesto ha de ser su única casa. Es decir, que para poder acogerse a la dación en pago resulta imprescindible que toda su vida se haya ido al garete por diferentes agujeros. Sólo así podrá cancelar un préstamo que ni Ud. debió aceptar, ni el banco debió otorgar –corresponsabilidad, lo llaman.
Pero no acaba aquí la cosa. En su ímpetu por asegurar que ningún listo se ría de los bien honrados banqueros, De Guindos incluyó unos baremos de las hipotecas que se pueden acoger a la dación en pago regulada, según número de población y tipo de hipoteca. A saber. Sólo son admisibles las daciones en pago en inmuebles que estén:
En un municipio de más de 1 millón de habitantes, tuvieran una hipoteca de menos de 200.000€.
En uno de entre 500.001 y 1 millón, o de áreas metropolitanas, fueran de menos de 180.000€.
En uno de 100.001 y 500.000 habitantes, fueran de menos de 150.000€.
Y en municipios de hasta 100.000 habitantes, fueran de menos de 120.000€.

Yo soy de Madrid, vivo en Barcelona y les reto a que encuentren una hipoteca concedida entre 2002 y 2008 de menos de 200.000€. Esta dación en pago podrá servir para lugares de poca población, pero lo que está claro es que para zonas como Euskadi, Cataluña o Madrid no se puede aplicar. Incluso hay quien interpreta la inconstitucionalidad de este baremo por no tratar a todos los ciudadanos españoles de la misma manera, y reclaman que se modifique según los índices del precio de la vivienda para cada región.
Por último, esta dación en pago otorga ventajas fiscales a las entidades financieras que la ejerzan. Motivaciones extra, se podría decir, como si no hubiera bastante con reducir su índice de morosidad –verdadero indicador del acierto bancario. De lo que no habla, ni se habla en ninguna parte, es de la fiscalidad de la dación para los prestatarios. La dación, a día de hoy, se considera como una donación en metálico de un tercero, con los consiguientes impuestos por donaciones y el incremento de la renta del individuo que la recibe. Es decir, la persona agraciada con esta dación todavía tendrá que solventar el pago de una cantidad de dinero nada desdeñable en impuestos.
En un régimen reformista como el que vivimos hoy –reaccionario dirían otros-, donde cualquier medida se justifica con otras similares tomadas en nuestro entorno europeo, podrían fijarse en cómo se está resolviendo la cuestión del sobreendeudamiento familiar en la Unión Europea. Tanto Francia como Bélgica, Austria, Dinamarca o la mitificada Alemania tienen sistemas para vehiculizar el sobreendeudamiento de las personas físicas. Mientras aquí en España contamos con una sola ley sobre procedimiento concursal, que trata a las personas y a las empresas de la misma manera y, por lo tanto, resulta de difícil o imposible aplicación para familias sobreendeudadas. Tenemos una dación en pago de carácter voluntario y prácticamente inaplicable. Y tenemos, claro, la estrategia económica que han utilizado todos los gobiernos de España desde 1978, el patapum p’arriba, el ya me lo solucionará Ud. otro día, no vaya a darme problemas ahora, la reconducción de una deuda que, asumámoslo ya, jamás podrá ser pagada.

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