Un infarto cerebral es lo mismo que decir un ictus o un accidente cerebrovascular. Se trata de un episodio fulminante en la cual el paso de sangre a lo largo del cerebro se ve afectado y se produce una falta de aporte de nutrientes y oxígeno. Como consecuencia de ello, el tejido cerebral se daña o muere, lo que se denomina una necrosis. Las causas son muy variadas, pero se dividen en:
- Hemorrágicas: Si hay alguna lesión en los vasos cerebrales que hace que la sangre salga al exterior y no llegue a las zonas que debería llegar.
- Isquémicos: Hay algo que obstruye o que no permite el paso de sangre a una región del cerebro. Por ejemplo, un coágulo o una placa de ateroma que obstruye completamente un vaso.
Precisamente, la escala prehospitalaria de accidente cerebrovascular de Cincinnati o la Escala de Cincinatti para los amigos, se trata de un método muy sencillo que cualquier puede hacer para detectar un posible ictus. Es muy fiable, ya que sólo con que uno de los 3 parámetros de la escala sea positiva, significa que hay un 72% de posibilidades de que la persona padezca un ictus. Si se dan tres parámetros positivos, la probabilidad de que sea un ictus es del 82%. Los signos a tener en cuenta en esta escala son los siguientes:
- Asimetría facial. Si pedimos a la persona que nos sonría y sólo es capaz de elevar el labio de un lado y no el otro.
- Deriva del brazo: Si pedimos a la persona que levante los brazos y uno queda más levantado que el otro o directamente hay un brazo que no es capaz de levantar.
- Alteración en el habla: Al sugerirle a la persona que nos hable, no es capaz de hacerlo o lo hace utilizando palabras equivocadas o sin coherencia.
Si alguno de estos signos es positivo y aparece de forma repentina, salgan corriendo para el hospital más cercano. Hay posibilidades de que sea una falsa alarma pero eso es un mal menor comparado con lo que podría ocurrir de no hacer nada.
Con información de medtempus.com.
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