Recientemente realicé una conferencia sobre sistemas emergentes en el ciclo “Pessics de Ciència” de Hospitalet. Mientras la preparaba descubrí que una especie de moho del fango (Physarum polycefalum) que crea caminos entre fuentes de alimento intentando minimizar siempre el camino más corto y es capaz de resolver laberintos y tejer redes energéticamente eficientes ha sido utilizado en papers serios para analizar la eficiencia energética de las redes de infrastructuras ferroviarias y de carreteras de decenas de países.
El tema no es sólo una curiosidad científica y punto, sino que permite comparar realmente como elementos ajenos a la pura búsqueda de eficiencia en las comunicaciones terrestres afecta a la hora de construir redes de infrastructuras.
Está claro que el moho del fango tiene limitaciones, por ejemplo, es bastante difícil simular los obstáculos que suponen cordilleras o las facilidades que producen los valles, y mucho menos los factores sociopolíticos que superan a los técnicos a la hora de diseñar una infrastructura. A pesar de ello nos permite hacer aproximaciones que maximizan la eficiencia frente a las soluciones que hemos encontrado los humanos.
Es apasionante ver como el moho del fango logra casi clavar la red ferroviaria de Tokio:
La red que produce es casi un clon de la red tokyota con alguna variación que no la hace menos eficiente.
Pero si creemos que el moho del fango sólo reproduce redes de transporte ferroviario tokiotas, también se ha utilizado para simular las redes británicas:
… danesas….
…holandesa…
Y por supuesto la española
El paper titulado “Are motorways rational from slime mould’s point of view?” compara las redes de carreteras humanas con las que crea el moho del fango desde diversos análisis topológicos (minimización de distancias, redundancias de ciclos, etc..) y llega a conclusiones muy interesantes, en general aquellos países con una red de carreteras más eficientes y establece un “ránking” de indicadores y de redes.
Las redes de carreteras humanas biológicamente más eficientes son la Canadiense y la Belga, seguidas por la China, la de Italia y Malasia. Las menos eficientes la Africana, la de los USA y aquí aparece la Australiana y la Ibérica…
Cuando autores que saben de infrastructuras dicen que la red de carreteras española (la principal de la red ibérica) está diseñada desde una perspectiva política y no desde la eficiencia y la movilidad, parece que tienen bastante razón.
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